Confederación Sindical de Comisiones Obreras | 28 marzo 2024.

OPINIÓN

Las trabajadoras pagan el precio del espejismo de la recuperación, de Elena Blasco Martín

    Elena Blasco Martín, secretaria confederal de Mujeres e Igualdad de Comisiones Obreras, escribe hoy esta columna de opinión en Público.

    05/12/2017.
    No me trago este ssapo, #EscriboMiPropioCuento

    No me trago este ssapo, #EscriboMiPropioCuento

    NOVIEMBRE es un mes tradicionalmente malo para el empleo y este año no ha sido una excepción: los datos de toda España de la Seguridad Social muestran que se han destruido 12.773 puestos de trabajo, es decir, la afiliación ha caído un 0,07% respecto a octubre. A pesar de estos datos, el comunicado del Gobierno al que hemos tenido acceso estos días pretende trasladar un escenario positivo y de recuperación que en nada se ajusta a la realidad. Además de que se han destruido miles de puestos de trabajo, de los 1.818.339 contratos registrados entre octubre y noviembre más del 90% han sido contratos temporales y un 35% han sido a tiempo parcial, datos que revelan la precariedad de la inmensa mayoría los empleos creados y que afectan particularmente a las mujeres.

    Por todos es sabido que en nuestro mercado laboral existe una fuerte segregación por sexos dependiendo de la ocupación, dando lugar a concentraciones de hombres y mujeres en los diferentes sectores económicos. Así, las mujeres representan un porcentaje muy elevado de la fuerza de trabajo en sectores tales como sanidad, educación o comercio minorista, mientras que los hombres ocupan la mayoría de los puestos de alta dirección así como en el sector industrial.

    Sin embargo, esta división no explica de manera satisfactoria el hecho asombroso de que la gran mayoría de los nuevos desempleados de noviembre sean mujeres, concretamente, el 96%. En números absolutos, el desempleo femenino creció en 6.969 personas, un 0,35% más que en octubre, y se mantuvo por encima de la insoportable cifra de los dos millones. El masculino sigue muy por debajo de estas cifras y subió sólo en 286 personas, hasta 1.465.663 desempleados.

    Pero incluso comparando los datos con noviembre de 2016, vemos que mientras que el paro masculino bajó en 198.207 personas, un 11,9% menos, el femenino se redujo en menos de la mitad, un 5,52%, hasta 117.335. Así, no sabemos qué entiende exactamente el Gobierno por salida de la crisis, pero desde luego no es ni por asomo en la esfera de la creación de empleo, y mucho menos en el empleo femenino, pues en solo 10 años, nos situamos en un crecimiento de 18 puntos porcentuales de paro registrado, con unas 750 mil desempleadas más, distribuidas en toda la geografía, en todas las Comunidades Autónomas y en todas las provincias, y con un alto porcentaje entre la población femenina mayor de 25 años (58.6%).

    Por otro lado hay que destacar la creación o acceso al empleo, otro punto que deja latente el desigual ritmo de acceso a puestos de trabajo entre mujeres y hombres, pues estos últimos a pesar de todas las dificultades, encuentran empleo en una proporción que duplica al de las mujeres. Este hecho visualiza las barreras existentes que específicamente encuentran las mujeres para poder acceder a un puesto de trabajo, que por otro lado no les permite tener un mínimo de garantía de derechos y seguridad salarial, pues este empleo vuelve a tener las mismas características que en meses anteriores (parcialidad, temporalidad y bajo salario).

    Desde CCOO estamos esperando que el Gobierno dé alguna explicación sobre estos datos tan preocupantes, y sobre todo, que ofrezca soluciones para que la crisis y el desempleo no se siga cebando con la mitad más vulnerable de la sociedad: las mujeres. La discriminación directa e indirecta que sufrimos en el acceso, mantenimiento, promoción, formación, cualificación y salario no se pueden seguir justificando con la crisis, alimentando la pobreza, la desigualdad, la pérdida de derechos y condiciones laborales.

    El repunte de este paro femenino es inasumible. No podemos hablar de recuperación económica ante un fenómeno de creación de empleo precario que deja atrás a más de la mitad de la población. Sin empleo estable y de calidad, especialmente para las mujeres, no hay salida de la crisis posible.