Confederación Sindical de Comisiones Obreras | 28 marzo 2024.

UNA MIRADA DE GÉNERO

Trabajadoras del hogar: dignificación, equiparación laboral y ratificación del Convenio 189 OIT

    ELENA Blasco Martín, secretaria confederal de mujeres e Igualdad de CCOO, señala: “Las trabajadoras del hogar tienen el mismo derecho a un empleo digno. Reclamamos igualdad de derechos, prevención y protección para las trabajadoras del hogar. Es imperativo que el gobierno ratifique el Convenio 189 de la OIT y que se aborden en el marco del diálogo social los cambios legislativos necesarios para la equiparación laboral de este sector”.

    03/04/2018.
    Trabajadoras del hogar y el Convenio 189 de la OIT

    Trabajadoras del hogar y el Convenio 189 de la OIT

    EL INFORME de la OIT (marzo 2018), titulado Perspectivas sociales y del empleo en el mundo: Avance global sobre las tendencias del empleo femenino 2018, alerta, con una visión global, que persisten las desigualdades entre mujeres y hombres en el acceso al mercado laboral y en las condiciones de trabajo, que las mujeres están infrarrepresentadas en el empleo de calidad y sobrerrepresentadas en el empleo informal. Llama la atención en torno a 5 claves básicas, también aplicables a nuestro entorno laboral: que sigue habiendo grandes diferencias de participación en el mercado de trabajo entre mujeres y hombres; que las mujeres tienen más probabilidades de estar desempleadas que los hombres; que el empleo vulnerable afecta más a las mujeres; que el empleo informal está feminizado; que la pobreza laboral afecta más a las mujeres; y, finalmente, que las brechas de géneros laborales agravan las desigualdades ante la protección social. Por último, concluye el Informe, “es preciso redoblar los esfuerzos para reducir la brecha entre los géneros en el mercado de trabajo”.

    Entre las cuestiones abordadas en el Informe de la OIT, centramos en esta ocasión la mirada en un sector muy vinculado a la economía informal y con una desprotección especial, como es el de empleo del hogar. En España cerca de 700.00 mil personas trabajadoras, casi todas mujeres (el 98%) y la mayoría inmigrantes, trabajan en el empleo del hogar. Un amplio sector, difícil de cuantificar por el empleo sumergido que aún subsiste y que se estima en torno al 35% del colectivo.

    Un sector en el que 9 de cada 10 son mujeres, y 1 de cada 2 es inmigrante. No tienen la misma cobertura de derechos laborales y prestaciones sociales que el resto de personas asalariadas, quedando en muchas ocasiones en situaciones de sobreexplotación laboral, con salarios o tiempos de trabajo muy por debajo de los establecidos o expuestas de abusos y acosos de todo tipo, incluidos los sexuales. Sin derecho a desempleo, ni a la pensión, sin derecho a la protección en salud laboral, sin derecho a la negociación colectiva.

    Como denuncia Elena Blasco Martín, secretaria confederal de Mujeres e Igualdad de CCOO, más de un tercio de las personas que trabajan como empleadas domésticas no están dadas de alta en la Seguridad Social. En el ultimo trimestre del 2017 la afiliación se mantiene (420.418 afiliadas) pero con un porcentaje algo menor 65,5% del total de empleadas, esto se traduce, en que a pesar de que haya mas afiliadas, todavía el 35% de las empleadas no está afiliada, con las consecuencias laborales consiguientes para estas trabajadoras.

    Elena Blasco señala: “La infravaloración laboral, las condiciones de trabajo mal reguladas, la falta de un control administrativo y la inaplicación de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales en las empleadas de hogar, son factores que siguen dificultando y precarizando sus condiciones de trabajo”. Y continúa denunciando: “El propio Régimen Especial al que están suscritas privilegia a sus empleadores a la hora de negociar el precio/hora del trabajo diario que realizan, con la presión de que si se les da de alta en Seguridad Social, seguramente el empleador les pagará a la baja… e incluso la posibilidad de si no gusta no vengas, ya que existe la figura del desistimiento en la que el empleador o empleadora puede prescindir de la trabajadora por perder la confianza en ella”.

    Por eso, CCOO levanta la voz una vez más en defensa de los derechos de las trabajadoras del hogar y reclama igualdad de derechos laborales y de protección social para este colectivo feminizado y socialmente invisibilizado, muy precarizado, reclamando al Gobierno que ratifique el Convenio 189 de la OIT. Porque significa igualdad de derechos, protección social y salarios dignos para un cerca de millón de personas trabajadoras, casi todas mujeres.

    En 2011 la OIT aprobó el Convenio 189 sobre el trabajo doméstico, estableciendo un marco internacional de normas y criterios que garanticen el tratamiento regulado del trabajo doméstico, reconociéndole además el valor social y económico. La ratificación de este convenio garantizaría para estas trabajadoras el mismo trato que el resto de personas asalariadas en información sobre condiciones laborales (salarios, jornadas, descansos), prestaciones, indemnizaciones, acceso a las denuncias laborales, prevención de riesgos y salud laboral, etc.

    Elena Blasco Martín sostiene: “Al no existir un convenio colectivo en el sector del empleo del hogar que regule unos mínimos, el trabajo puede ser de dos horas en un domicilio, dos en otro y así hasta completar jornadas interminables… Las consecuencias para las trabajadoras son nefastas. En la mayor parte de los casos, solo está dada de alta en la Seguridad Social en uno de los domicilios y por tanto cotizando por las horas que dedique en él, permanenciendo el resto de horas trabajadas en la economía sumergida, puede que económicamente más rentable para la propia empleada por los salarios tan bajos, pero carentes de todo derecho laboral”.

    Elena Blasco concluye: “Para CCOO todos los días son 8 de Marzo. Todos los días estamos en pie de lucha por los derechos de las trabajadoras, no nos olvidamos de las trabajadoras del hogar. Revindicamos y defendemos la visibilidad y dignificación de sus tareas; reclamamos la equiparación de derechos laborales, prestaciones, protección social, salarios, cobertura de negociación colectiva, prevención de riesgos laborales, etc. que les afecta. La defensa de estos derechos básicos y necesarios es nuestra obligación y una deuda moral con aquellas que trabajan y cuidan lo que más apreciamos y queremos, nuestra familia, nuestro hogar”.