Confederación Sindical de Comisiones Obreras | 24 noviembre 2024.

La Unión Europea y Grecia deben convertir el resultado en un acuerdo justo

    El resultado del referéndum griego es un síntoma del hartazgo de buena parte de la ciudadanía europea con las políticas de austeridad. CCOO cree que democracia y economía han de ser compatibles, porque si no la construcción europea fracasará

    06/07/2015.

    El triunfo del NO en el referéndum griego ha sido rotundo. El 61,3% de votos ha dicho basta a la nueva propuesta de ajuste y recortes impulsada por el núcleo duro de los acreedores, liderados por el FMI y Merkel, y ha recurrido para ello a un impecable uso de los procedimientos democráticos. La obscena campaña de un amplio conglomerado de fuerzas políticas y sociales, de lobbys económicos y financieros y de la inmensa mayoría de los medios de comunicación europeos, que han roto las más elementales normas de respeto a la soberanía del país heleno, no han podido con la voluntad de un pueblo que quiere seguir en Europa y en el euro, pero acompañando las necesarias reformas internas de un plan más justo y viable de pago de la deuda, una deuda, por cierto, que deberá conocer una importante quita.

    Las autoridades comunitarias no pueden seguir actuando al dictado de personas y grupos, con frecuencia ajenos al mandato democrático. Nadie duda de las urgentes e inaplazables medidas que deberá tomar el gobierno de Tsipras para hacer más sólido y viable el sistema público de protección social, para impulsar la actividad económica, el crecimiento y el empleo, y para dotarse de un sistema tributario que le permita incrementar los ingresos del Estado a fin de garantizar las políticas públicas. Pero es el gobierno nacido de las urnas en Grecia, y ahora reforzado con el resultado del referéndum, el que debe diseñar y concretar dichas medidas.

    Más allá de las lecturas interesadas que hayan podido hacerse de la situación griega, de la actitud del gobierno o de la oportunidad del referéndum -a juicio de CCOO, legítimo y respetuoso con la negociación-, el objetivo ahora es hacer posible el acuerdo. La dimisión del ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, tantas veces denostado por distintos líderes conservadores e interlocutores comunitarios de la negociación, debe interpretarse como un gesto de acercamiento que reactive el diálogo, la negociación y el acuerdo. De momento, CCOO cree imprescindible que el BCE siga garantizando la liquidez necesaria para que Grecia pueda hacer frente a sus pagos básicos.

    No cabe otra respuesta. Las frívolas e irresponsables declaraciones de algunos gobernantes europeos (entre otros, Rajoy) atribuyendo al ejecutivo heleno perfiles de grupo radical y antieuropeo, deben dejar paso a la sensatez y la cordura. La UE tiene que estar a la altura de las circunstancias y corregir el rumbo de sus políticas para cerrar un acuerdo con Grecia, y activar un Plan de Inversiones, como el propuesto por la CES, que permita crear millones de empleos y consolidar el modelo de protección social. “Las respuestas animadas por la exclusión de Grecia y su salida de la zona euro no pueden ni deben condicionar el diálogo. El euro necesita consolidarse como moneda única y para ello es esencial que Grecia siga formando parte de la misma”, concluye CCOO.