Confederación Sindical de Comisiones Obreras | 21 noviembre 2024.

Boletín de Sumarios n.6 2020

    A caballo entre la desescalada y la “nueva normalidad” surgen multitud de incertidumbres que afectarán a numerosos ámbitos de nuestra vida. En el mundo del trabajo, nuevas formas de producción y la irrupción del teletrabajo en un entorno caracterizado por el presencialismo, exigen un nuevo marco legislativo.

    12/06/2020.
    Boletin de sumarios

    Boletin de sumarios

    De un día para otro, y nunca fue tan textual esta frase, hemos pasado de ir a la oficina a desplegar todos los medios necesarios para trabajar desde casa. En una cultura del trabajo como la nuestra, donde prima el presentismo, ha resultado todo un reto para empleadores instalados en la eterna sospecha de que trabajadores y trabajadoras que no están bajo su vigilancia directa no cumplen con sus objetivos. Una vez más la clase trabajadora ha demostrado su “clase” para evidenciar que el rendimiento del trabajo no tiene por qué ir ligado a un control directo.

    En Trabajo y Derecho n. 66, Wilfredo Sanguineti, en su artículo ¿La hora del teletrabajo? hace un análisis del estado de implantación de éste en nuestro país, repasa la escasa regulación normativa al respecto y alerta de la necesidad de legislar sobre esta modalidad que en tiempos de pandemia ha resultado ser una suerte de salvavidas para muchas empresas en nuestro país. En definitiva, califica el momento actual como el idóneo para “marcar el rumbo del desarrollo futuro de esta forma de trabajar” potenciando sus ventajas y previniendo los riesgos.

    En este mismo número de Trabajo y Derecho, Julio Cordero González, con su artículo Derechodemia laboral y COVID-19: diques de contención ¿provisionales? frente a un desbordamiento oceánico, pone de manifiesto otro fenómeno apabullante que ha acarreado el estado de crisis sanitaria provocado por el coronavirus. Pandemia e “infodemia”, términos que desde hace unos meses se han instalado en nuestro vocabulario habitual, van ligados a otro no menos abrumador, la “derechodemia” laboral, un Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social ad hoc por pandemia.

    Desde otro punto de vista, Elena Blasco, Secretaria Confederal de Mujeres e Igualdad de CCOO, en su artículo Teletrabajo, en igualdad y con corresponsabilidad publicado en el número 51 de Trasversales, aborda uno de los efectos colaterales que ha traído consigo el teletrabajo por fuerza mayor: el aumento de la carga de trabajo de cuidados para las mujeres. "Para CCOO es preciso abordar desde el marco general del diálogo social y desde la negociación colectiva específica del sector y la empresa o Administración Pública la regulación del teletrabajo, por las amenazas para los derechos laborales y por el impacto negativo que puede tener en la salud laboral, en la igualdad y en la corresponsabilidad".

    De “infodemia” -sobrecarga de información no fiable que se propaga rápidamente entre la población- trata el número 124 de la Revista CIDOB d’Afers Internacionals. Desinformación y poder: la crisis de los intermediarios, es el título de este número, que aunque fue concebido antes de la crisis, resulta un relato de lo más oportuno en el momento que estamos viviendo. Habla del eterno conflicto entre verdad y política y de cómo la digitalización del espacio público ha añadido dificultad a nuestra relación con la verdad, con un hilo conductor a lo largo de todo el número: “la necesidad de proteger la libertad de expresión, la urgencia de afrontar una gobernanza para esta nueva realidad y la necesidad de restauración de la credibilidad”.

    En el número 182 de Gestión Práctica de Riesgos Laborales, Juan Manuel Guitérrez nos da su interesante visión sobre el germen de la “infodemia”, las “fake news” o noticias falsas. En su artículo La mentira como entorno psicosocial, nos alerta sobre el peligroso viraje que ha dado nuestra sociedad con respecto al consumo de información. No importa tanto la veracidad de la noticia como el impacto emocional que provoca, hasta el punto de vernos en la necesidad de crear una nueva profesión, la de verificador de noticias, algo insólito en otros tiempos pero que se convierte en un símbolo perfecto de una época caracterizada por la exageración ostentosa e idealizada que ha marcado un “estilo social global”.

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