Confederación Sindical de Comisiones Obreras | 15 noviembre 2024.

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REVISTA "TRABAJADORA", N. 76 (NOVIEMBRE DE 2022)

Entrevista/ Silvia Agüero o la resistencia gitana, de Carmen Briz Hernández

    Silvia Agüero, 37 años, es activista feminista gitana, su nombre y su trabajo está vinculado al blog Pretendemos gitanizar el mundo, a la obra de teatro No soy tu gitana y a varios ensayos, que recuperan la Historia del Pueblo Gitano y sus resistencias. Además “desintegra payos y echa maldiciones”, según cuenta en su perfil de Twitter. Desde hace seis años es colaboradora de la revista feminista Pikara Magazine.

    17/11/2022.
    Silvia Agüero fotografiada para el cartel de la representación teatral "No soy tu gitana", que podrá verse en diciembre de 2022, en el Teatro del Barrio de Madrid.

    Silvia Agüero fotografiada para el cartel de la representación teatral "No soy tu gitana", que podrá verse en diciembre de 2022, en el Teatro del Barrio de Madrid.

    CONVERSAR con Silvia Agüero sobre el Pueblo Gitano supone, además de aprender y mucho, un enorme revuelo que hace saltar por los aires las falsas ideas preconcebidas y desvela el racismo interiorizado tras años de discursos persistentes en donde lo gitano se ha presentado siempre como” lo malo” frente a lo payo; al fin y al cabo ¿Quién tiene la mirada limpia? ¿Quién se ve a salvo de retirar las malas hierbas?

    Esta entrevista se puede leer escuchando Persecución, de Juan Peña "el Lebrijano", que canta toda la historia de la opresión al pueblo gitano, u optar por algo más actual: “A mí me tiene enamorada perdida La Cebolla, una niña jovencísima, del barrio de las Tres Mil Viviendas de Sevilla que hace una especie de flamenco-rap”. Silvia Agüero nos recomienda ver un falso documental: “Me gusta muchísimo La mujer del chatarrero, de Danis Tanovic (2013) cuenta una historia de violencia obstétrica hacia una gitana. El actor, Nazif Mujic, ganó el Oso de Plata, era superpobre y vendió el premio para sobrevivir. Lamentablemente falleció”. Si tras leer la entrevista, se quedan con ganas de leer más sobre el Pueblo Gitano, ella nos recomienda La higuera de las gitanas, de Noelia Cortés.

    ¿Cómo llega al activismo gitano?

    Vivía en un barrio de chabolas y estaban construyendo un muro que separaba el barrio del monte, un día el camión de la basura lo golpeó y se abrió y niños y niñas gitanas pasábamos a aquel secarral para hacer juerga, cantar y bailar. Una noche, dos payos, borrachísimos, llamaron a la Guardia Civil para decir que los gitanos habíamos roto el muro. Uno de los niños se cayó delante de ellos y se lo llevaron preso. Y tuvimos que bajar al cuartelillo más de doscientos gitanos y gitanas contra la voz de dos payos, de cuatro, si me pones, con la Guardia Civil. Y escribí en Facebook lo que nos estaba sucediendo, porque me parecía demencial.

    Los estudios que hay sobre la población gitana española son escasos y sesgados, sigue existiendo un desconocimiento brutal de su realidad, ¿qué habría de cambiar?

    Lo que no se nombra no existe, y nosotras no existimos. Quizás deberíamos darle la vuelta. Odio la coletilla "etnia gitana", prefiero "Pueblo Gitano", y con mayúscula, por hacer énfasis en la cuestión política. Creo que se nos ha quedado una coletilla como de que hay “mucho desconocimiento”. Para empezar, no hace falta que nos conozcamos para respetarnos. Los estudios que hay están sesgados porque es lo que le interesa al final al capitalismo, al poder, y al fascismo, por supuesto, y la derecha aberrante, que nunca se fue. El poder pretende resolver los problemas que tienen con “cuestión gitana”, como le llaman, porque los gitanos son un problema para ellos. No tratan los problemas que tenemos las personas gitanas, tratan los problemas que ellos tienen con los gitanos, que es muy diferente.

    Según la Comisión contra el Racismo y la Intolerancia de la Unión Europea (ECRI), creada por la eurodiputada gitana sueca Soraya Post, del partido Iniciativa Feminista, decía que un 98% del Pueblo Gitano estamos en riesgo de pobreza, un 67% de nuestros niños y niñas fracasan en el sistema escolar. Las gitanas vivimos 15 años menos que la población paya española. Esto es una brutalidad.

    La pregunta es ¿qué se podría hacer? Necesitamos una Comisión de la Verdad, pero se tiene que hacer bien.

    ¿Qué habría que recordar de la Historia en nuestro país?

    El rey de España nos tiene que pedir perdón porque fueron sus antepasados quienes pusieron en marcha leyes que nos persiguieron y que pretendieron exterminarnos. La Gran Redada (1749) de los Reyes Católicos fue un proyecto de exterminio, donde la cautividad y los trabajos forzados se impusieron. Separaron a hombres de mujeres y estuvieron 16 años separados y encerrados, nos quitaron a nuestros niños y se los dieron a familias payas ricas. Los hombres se escapaban de los arsenales de Marina donde eran obligados a construir barcos y remar hasta la extenuación y la muerte. Cualquier gitano o gitana que veas por la calle son descendientes de supervivientes de la Gran Redada y después ha habido más de 230 leyes antigitanas, así que el problema no es cómo de racistas son los payos y las payas españolas, no. El problema es que al poder les interesa que nosotras estemos así.

    ¿Algún Gobierno europeo ha pedido perdón y rectificación por el daño secular causado al Pueblo Gitano?

    En Suecia se publicó el libro blanco, y fue entonces cuando se dieron cuenta de que habían estado cien años esterilizando a mujeres y a hombres gitanos.

    En los juicios de Núremberg, contra el nazismo, estuvo la población gitana y sí hubo algo de reconocimiento, pero no tan grande como al pueblo judío, por supuesto.

    A quienes estuvieron en los campos de concentración de Transnistria (Rumanía) les dieron una miserable compensación económica. Y esta gente está viva.

    El Estado español podía haberse acogido a la Carta Europea de las Lenguas Minoritarias para que el romanó estuviera ahí y habría podido invertirse en ello, que hubiera libros, que se facilitara la publicación y difusión de quienes escriben en romanó… No lograron exterminarnos, pero sí hubo un epistemicidio (matar un idioma, matar una cultura), porque si hablabas romanó te mandaban a galeras, o a las mujeres a las casas de misericordia. Entonces, dejabas de enseñárseles el romanó a tus hijos e hijas. Mi marido [Nicolás Jiménez] es profesor de romanó, aprendió en Francia, y creo que es uno de los pocos gitanos, por no decirte el único, que lo habla y lo traduce.

    El 8 de Abril se celebra el Día Internacional del Pueblo Gitano, ¿sirve para ir construyendo señas de identidad propia: un himno, una bandera… o es insuficiente?

    Claro que sí. Juan de Dios Ramírez Heredia -periodista, abogado y durante años diputado por el PSOE y una referencia para todos los activistas gitanos europeos- participó en el 4º Congreso Internacional Gitano celebrado en Serok (Polonia) en 1978 y de allí salieron tanto el himno (Gelem, gelem, Anduve, anduve, compuesto por Jarko Jovanovic y recuerda a los gitanos y gitanas víctimas del nazismo) como la bandera. En aquel congreso había pocas gitanas. Así que sí sirve, pero en España hay que hacer mucho más, no vale solo con “hacerse la foto”. Pareciera una contradicción esto que estoy diciendo. Pero no es suficiente con que en días señalados nos acordemos de las minorías.

    A mí me serviría más si se utilizara para contar las situaciones aberrantes, como la que se vive en la Cañada, que llevan casi tres años sin electricidad, y esto nos repercute. Porque lo que están haciendo allí es un proceso de gentrificación antigitana, el mismo que hicieron en Lavapiés (Madrid), en la Plaza Alta (Badajoz); o en Triana y las Tres Mil Viviendas (Sevilla). Son procesos de gentrificación antigitana que nos influyen a todas.

    Le pregunto sobre la educación de sus hijos, sobre si aprenden algo en alguna asignatura del colegio o del instituto sobre el Pueblo Gitano: “No. Soy yo quien les explico a mis profes de Historia y a mis compañeras y compañeros de clase qué fue la Gran Redada”, contesta su hijo Miguel, de 13 años, que nos acompaña durante la entrevista. Y prosigue Silvia Agüero: “Hay un intento de incorporación que lo han hecho payos, pocas gitanas, sin ningún tipo de conocimiento. Nosotras pensamos que hay que mirar la Historia. Igual que el feminismo piensa esto, creemos que somos nosotras quienes tenemos que revisar la Historia y dar nuestro punto de vista bajo unos hechos bien documentados. Esa documentación está desperdigada en los archivos de Zaragoza, de Simancas, de la Casa de Beneficencia de Zaragoza… pero en los institutos ahora ni enseñan qué fue el franquismo, cómo van a contar algo que sucedió en 1749”.

    ¿Cómo definiría el antigitanismo?

    El antigitanismo, en su definición legal europea, es un tipo de racismo que se basa en una ideología y en una superioridad moral, sobre todo de la “raza” paya sobre la “raza” gitana; y que tiene que ver con que los poderes piensan que sus formas de vida, su religión, su forma de comer, etc. es la mejor.

    Si no tienes poder, es decir, si tú hacer cotidiano no se va a traducir en leyes, es preferible hablar de gitanofobia. Pero si eres policía o tienes algún puesto de poder eso es antigitanismo, es un tipo de racismo institucional. Si eres profesor o profesora y no le exiges lo mismo o no te implicas lo mismo con los niños y niñas gitanos, eso es racismo.

    De todas las leyes antigitanas, que afectaban directamente a las mujeres, se ha hablado poco en el feminismo y, por otro lado, se han puesto siempre sobre la mesa las mal llamadas políticas “integracionistas”, ¿Cuál es su opinión?

    En 1499 llega la población gitana a Europa, a España, a Zaragoza más concretamente, que es donde se localiza el primer documento, y en 1499, el 3 de marzo, los Reyes Católicos empiezan a hacer leyes de integración, ya se llamaban así y consistían en lo siguiente: o vestís nuestra ropa u os expulsamos u os cortamos las orejas, u os mandamos a galeras; o dejáis de hablar el idioma y dejáis de ejercer vuestros oficios, o pena de muerte.

    Así, 230 leyes antigitanas, la última, un decreto que había dentro del Estatuto de la Guardia Civil, que es abolido precisamente cuando Juan de Dios Ramírez Heredia es diputado en las Cortes por UCD. Ahora las llaman “de inclusión”, suelen ser leyes asistencialistas, dándonos unas migajas. Y Europa le ha dicho a España no sé cuántas veces ya, "¿qué pasa con el dinero que mandamos, por qué los datos no mejoran con la población gitana?". Las ayudas directas no llegan a la población.

    Los proyectos existentes aún son muy deficientes e incluso estigmatizantes, por ejemplo, vamos a poner en marcha un servicio de despertador, porque como los niños gitanos son tan “absentistas”. A las mujeres les ofertan clases de peluquería y a los hombres de mecánica y esto lo llevan haciendo cincuenta años.

    Esto no funciona, porque no se está pensado en el problema que tiene el gitano.

    En mi opinión, deberían invertir en los mercados y mercadillos, por ejemplo. O en hacer campañas de publicidad animando a "comprar las bragas a tu prima gitana en el mercadillo de tu barrio" o en que las gitanas sigan emprendiendo, porque ahora sobreviven, que se ofrezca ayudas a las autónomas…

    El Tío José Heredia (poeta, activista social, letrista, dramaturgo, ensayista) hablaba sobre la “mirada limpia”, ¿qué significa?

    El tío José Heredia Maya (Granada, 1947 –2010) era muy listo y muy inteligente, y además nos dejó en herencia a todos los gitanos y gitanas de España unos poemas preciosos. En un artículo de la revista La mirada limpia, hacía una taxonomía de miradas en la literatura, una clasificación. En esta clasificación de miradas en la literatura, decía por ejemplo que en Cien años de soledad, Gabriel García Márquez supo mirar bien a los gitanos de Macondo a través del personaje de Melquiades. Es un don tener una mirada limpia, una mirada libre de prejuicios. ¿Qué hacemos las personas que no tenemos ese don? Pues hacer una revisión. Decía el tío Pepe Heredia: “Vigilar tu propio yo para quitar las malas hierbas”. Esto, al final lo que significa es estar en deconstrucción permanente, y tener una mirada consciente. Igual que hacemos con el machismo.

    Para mí, supone ponerme las gafas “de lunares” en vez de las gafas “violetas”. Pues eso es: añadir un plus a tus gafas, una graduación más, no solo para ver la lesbofobia, el machismo, la gordofobia, la transfobia…, también para ver el antigitanismo.

    ¿Cómo definiría el feminismo gitano?

    Carmen George, doctora en estudios de género y presidenta de la asociación E-Romnja en Rumanía, dice que el feminismo gitano es todo aquello por lo que se lucha desde los ojos de las gitanas. Es decir, si tú desde tu casa al supermercado vas con el carrito de la niña, por ejemplo, y está sin asfaltar y eso te cuesta trabajo, luchar porque se arregle, es feminismo gitano. Entonces, para mí el feminismo gitano es muy de caña, muy de calle, muy de barrio. El feminismo gitano va de luchar por todo aquello que a las gitanas nos haga infelices o contra lo que nos oprima.

    Puede contarnos alguna situación discriminatoria que haya vivido por ser gitana?

    Cuando tuve a mi niño Miguel, que fue hace trece años, me quisieron esterilizar, con 22 años, porque había tenido una cesárea y en aquel entonces teníamos tres niños, ahora tenemos cuatro, y me quisieron esterilizar. Y luego, con Carmen Manuela, que tiene 6, igual, convenciéndome todo el rato de que lo mejor para mí era no tener más. Esto en la sanidad pública. Y se hace constantemente con las gitanas. Esta presión no solamente depende de la institución médica, depende de todo el mundo. O sea, el conductor del autobús te puede decir: "¡ay, qué joven eres!, ¿por qué tienes tantas niñas?". Algunas que se nombran desde la hegemonía feminista también tienen derecho a decirles a las gitanas: "es que vuestros niños os hacen esclavas". O te insisten en que “no te realizarás como mujer”, que no sé qué significa exactamente lo de “realizarte”. A las payas os dicen "tened hijos, tened hijos, porque si no, se te pasa el arroz", es una presión brutal sobre las decisiones que tomas con tu cuerpo. Al Pueblo Gitano se le ha esterilizado siempre (en los campos de concentración nazi esterilizaron a los hombres), para mí ejercer el activismo gitano es tener hijos y criarlos con una mirada feminista y antirracista.

    Se nos ha olvidado de dónde viene el término "proletariado" del payo Marx, viene de la prole, viene de nuestros hijos e hijas, eso es lo que tenemos los pobres.

    Creo que en el feminismo tenemos un problema serio con la cuestión de la maternidad, que no nos sentamos a hablar de esto. Lo dice también Silvia Federici en Calibán y la bruja. No solamente es de parte de la institución médica, sino también de las trabajadoras sociales, los profes, incluso te chantajean con el tema de las “ayudas”, cuando no hay “ayudas” específicas para gitanas.

    ¿Quiénes fueron las precursoras del feminismo gitano?

    Rosa Cortés fue una gitana que era de Almería pero que la destinaron a la Casa de Misericordia de Zaragoza en 1749; y en 1753 Rosa Cortés y otras 53 gitanas, todas las gitanas que estaban allí, se desnudaban frente a los curas para que no las obligaran a ir a misa y que no las obligaran a hacer trabajos forzados. Y terminaron haciendo un agujero en un muro y se fugaron 53. Esas son las precursoras del feminismo gitano.

    Las precursoras del feminismo gitano además son mi abuela y mi suegra, que migró a Argentina y después vendió braguitas en El Pozo del Tío Raimundo en Vallecas.

    Escribí Mi feminismo es gitano (2022) en el que citaba a muchas gitanas españolas y empecé a hablar de la Paquera de Jerez, la Niña de los Peines, de Carmen Bastián… Cuando a Carmen Bastián, con 15 años, la retrata Mariano Fortuny, su amante en ese momento, sus hermanos le dieron un enorme palizón y acabó suicidándose. Tenemos que rescatar estas historias y reescribirlas desde el feminismo. Lleva su tiempo, pero estamos en ello. No me interesan gitanas como Sofía Kovalevskaya, que era una matemática rusa, lo siento mucho, Dios la tenga en su gloria, olé la Sofía Kovalevskaya, pero es que me pilla muy lejos. Fíjate, yo no tengo ni la educación secundaria obligatoria.

    ¿Qué le ha aportado el activismo gitano a su vida personal?

    Me emociono, porque me ha cambiado mucho la vida, de verdad. Ahora estoy haciendo teatro y es muy importante para mí. He sufrido mucho antigitanismo en mi vida, también me he hecho resistente y esa resistencia me ayuda a vivir y me ayuda a darles a mis hijos una alternativa de vida que no sea la heteropayo-norma.

    Pretendemos Gitanizar el Mundo ha sido nuestra apuesta y junto a mis primas de Kale Amenge somos las dos únicas asociaciones del Estado español que no reciben subvenciones, por decisión propia.

    Ahora estoy con la obra de teatro No soy tu gitana, que he escrito junto a la paya Nüll García y Pamela Palenciano, también paya, ha trabajado conmigo el trabajo actoral, en el Teatro del Barrio en Madrid. El título se lo “copiamos" al activista afroamericano y homosexual James Baldwin (Yo no soy vuestro negro). Es una obra divertida y usamos, en algunos momentos, el romanó. A esto me dedico ahora laboralmente, vivo del trabajo en el teatro, que bebe de las investigaciones que realizamos. Podéis verla a principios de diciembre en el Teatro del Barrio, en Madrid. Quedan invitadas.

    Carmen Briz (@MamenBriz) es periodista y forma parte del equipo de la Secretaría Confederal de Mujeres, Igualdad y Condiciones de Trabajo de Comisiones Obreras.

    Revista Trabajadora, n. 76 (noviembre de 2022).