Confederación Sindical de Comisiones Obreras | 22 diciembre 2024.

REVISTA "TRABAJADORA", N. 76 (NOVIEMBRE DE 2022)

Sociedad/ Mayores violencias, de Ursula Szalata Mier

    Las mayores tampoco se libran del matrato, Ürsula Szalata demanda mayor protección y también mayores recursos para erradicar esta violencia.

    21/11/2022.
    Fotografía de Txefe Betancort.

    Fotografía de Txefe Betancort.

    SE SABE bien. Las mujeres sufren violencia machista y abuso a lo largo de sus vidas. Nada les libra del maltrato, que se acentúa en situaciones de vulnerabilidad. No importa la edad, ni el origen, ni siquiera sufrir alguna diversidad funcional, física o intelectual.

    Las abuelas ya relataban episodios de maltrato físico, aunque seguramente se ahorraban contar los más terribles. Eran ellas y eran la mayoría. Con el tiempo, paso a paso, gracias a la lucha y la denuncia de tantas mujeres, cada vez son más quienes pelean porque la sociedad sea un espacio libre de toda violencia machista.

    Aterra pensar que muchas de ellas sigan padeciendo maltrato físico, económico, psicológico o verbal (o todos a un tiempo) en los últimos años de sus vidas, unos años que deberían ser de tranquilidad y afecto. Pero la historia conocida vuelve muchas veces a repetirse. Primero fueron sus padres y hermanos, luego sus maridos, y hasta sus hijos y nietos. Incluso proviene de personas que se supone que deben cuidarlas, bien en residencias y centros de mayores, bien en sus propias casas.

    El 12 de septiembre se dieron a conocer por primera vez los datos oficiales de los feminicidios fuera del ámbito de la pareja o ex pareja. Fue una larga reivindicación del movimiento feminista contar también con las cifras de las mujeres asesinadas por el mero hecho de serlo. En el primer semestre del año fueron asesinadas en este ámbito 19 mujeres, el 57% eran mayores de 60 años. En el cien por cien de los casos, los agresores eran conocidos de las víctimas y más de la mitad (el 58%) se cometieron en el ámbito familiar, siendo el presunto agresor en seis casos el hijo, y el nieto en tres.

    En las cifras de feminicidios “sociales” las mayores representan, en este primer semestre de 2022, el 32% del total. En tres casos el presunto agresor era un vecino, en dos un compañero de piso, en uno fue otro conocido. El resto de asesinatos (10%) corresponden a los denominados feminicidios “sexuales”.

    El 23 de abril, la Comisión de Igualdad del Senado aprobaba la Moción por la que se insta al Gobierno a la adopción de determinadas medidas para reforzar la lucha contra la violencia de género en las mujeres mayores y la Moción por la que se insta al Gobierno a la adopción de determinadas medias para la protección de la víctimas de violencia de género con discapacidad. La perseverancia feminista vuelve a dar frutos. A partir de ahora se promoverán acciones de difusión, prevención y sensibilización también en centros asistenciales y centros de mayores, en los que se elaborarán protocolos específicos de detección.

    Es necesario exigir recursos para acabar con la violencia contra las mujeres, que pasan por la formación en igualdad a toda la población y desde la educación más temprana. Formación para las personas que tienen que velar por la seguridad de las mujeres, para la judicatura y la abogacía que las acompaña, y, llegado el caso, para una asistencia personal para quienes cuenten con especiales dificultades. Una asistencia que las oriente y las ayude.

    Erradicar la violencia contra las mujeres, en cualquier circunstancia, momento y lugar, es una lucha que compete a toda la sociedad, que requiere de voluntad colectiva, decisión política y medios suficientes y eficaces para hacerlo posible.

    Úrsula Szalata es secretaria de Igualdad, Política Social y Cultura de CCOO de Asturias.

    Revista Trabajadora, n. 76 (noviembre de 2022).