Confederación Sindical de Comisiones Obreras | 1 septiembre 2024.

REVISTA "TRABAJADORA", N. 83 (JULIO DE 2024)

Entrevista/ Almudena Carracedo y Robert Bahar: "El mensaje es romper el silencio en torno a las violencias sexuales", de Carmen Briz Hernández

    Almudena Carracedo y Robert Bahar son cineastas documentales y directores, entre otras, de la película documental No estás sola, con ellos hablamos sobre cine, compromiso y violencias sexuales.

    09/07/2024.
    Fotografía de Julián Rebollo.

    Fotografía de Julián Rebollo.

    ALMUDENA Carracedo y Robert Bahar tienen en su haber Made in L.A. una luminosa, maravillosa y conmovedora historia de autoorganización de las migrantes latinas, en situación administrativa irregular, en la industria textil en Los Ángeles. Recibió multitud de premios, entre otros un muy merecido Emmy en 2008. Son también responsables de El silencio de otros, que nos lleva tras los pasos de la recuperación de la memoria histórica, se estrenó y premió en el Festival Internacional de Cine de Berlín y se alzó con el Goya a la mejor Película Documental en 2019.

    Para este tercer trabajo han contado con un equipo mayoritariamente conformado por mujeres: “Trabajamos con mujeres liderando o coliderando cada departamento: la directora de foto, la montadora, la ayudante de cámara, las archiveras, las investigadoras y más. Los primeros ojos sobre cada imagen fueron ojos de una mujer”, cuenta Robert Bahar, que explica que toca agradecer a Netflix: “Han apoyado el proyecto desde el principio” y cierra Almudena Carracedo: “Contar con su financiación nos ha facilitado el trabajo muchísimo y poder dedicar el tiempo a lo que realmente importaba, la parte creativa”. Y también ha sido clave para la difusión, a pesar de que el estreno tuvo lugar en cines de Madrid, Barcelona y Pamplona: “De repente tienes una película feminista y te dan un cohete para llegar a todo el mundo”, explican.

    Decidir el nombre no fue sencillo, finalmente se decantaron por No estás sola porque apela directamente a las mujeres y lo hace de modo positivo: “Aunque la película es dura, es luminosa y esperanzadora. El mensaje es romper el silencio en torno a las violencias sexuales. No estás sola porque nos ha pasado a muchas, no estás sola porque vas a tener acompañamiento (ahora por ley)”, explica Almudena Carracedo y “Y la solidaridad de la calle”, añade Robert Bahar.

    ¿Por qué y cuándo comenzaron a pensar que tenían que contar la historia de No estás sola?

    Almudena Carracedo: Esta es una historia que todas las mujeres habíamos vivido, nos había atravesado de una manera bastante especial.

    Empezamos a investigar y nos dimos cuenta que la gente piensa que conoce la historia, pero el relato que había permanecido era un relato distorsionado. Nos parece siempre muy interesante contar esa otra parte de la historia que no se conoce correctamente.

    Y por otro lado, lo que diferenciaba a esta historia de muchas otras historias era la repercusión social que había tenido: jurídica, mediática y socialmente (todo un país se había levantado para decir algo tan sencillo como ‘yo sí te creo’. El caso supone un punto de inflexión y un cambio de paradigma con respecto a cómo tratamos las violencias sexuales y cómo tratamos a las víctimas. Y ese cambio de paradigma que estaba en las calles nos parecía un eje muy fuerte donde había una historia, desde un punto de vista dramático, con un principio y un fin; y también nos parecía que nos permitía desvelar muchísimas cosas sobre la sociedad, sobre el patriarcado, sobre el machismo y sobre nuestras estructuras mentales y reflejar ese momento de inflexión, de cambio de mentalidad de todo un país.

    Robert Bahar: El planteamiento es hacer una película documental donde intentamos trabajar con todos los elementos cinematográficos: con la imagen, con el sonido (que en Sanfermines es increíble), con la música…, para crear una experiencia que no es solo información, sino que es algo que puedes vivir otra vez. Por otro lado, había que hacer un trabajo periodístico superriguroso. Nos encontramos con una historia-mosaico, donde el público solo tenía algunas piezas y con un punto de vista que al final no era el punto de vista avalado por el Tribunal Supremo.

    Nuestro reto era hablar con todas las personas que habían vivido la situación, con la policía que llegó en el primer momento, con la fiscal, con el abogado de la ciudad de Pamplona, con todas estas personas que hicieron un acompañamiento muy valioso y muy importante de ambas víctimas.

    Queríamos entender por qué era necesario el #Cuéntalo, por qué salió en ese momento. Y para los hombres también, explicar un contexto, esta idea de por qué las mujeres no van a poder salir solas por la noche, situaciones de la vida cotidiana que al final son parte también de esta historia.

    Almudena Carracedo: Había un montón de temáticas implícitas sobre las violencias sexuales que nos permitían hacer una ‘deconstrucción’ de la historia, para ir mirando todas las piezas que forman ese puzzley poder contar el relato desde otra perspectiva.

    ¿La sociedad estaba falsamente ‘sobreinformada’, a pesar de ser recurrente cada día en los medios de comunicación?

    Almudena Carracedo: Había una sobreinformación y también un punto de vista que imperaba, y era el relato de la defensa de ellos. Cuando empezamos a investigar, hablábamos con amistades, sin contar aún que era para una película, y nos sorprendíamos con algunas respuestas, tipo, pero ‘ella entró al hotel’. Es lo que pasa con las fake news, al final ya no sabes lo que es verdad y lo que no lo es.

    Teníamos el compromiso de ‘deconstruir’ la historia para poder entender el patriarcado, pero había también un punto muy interesante, muy valioso emocionalmente, y era la necesidad de una reparación social hacia las víctimas, que la gente entendiera lo que había pasado. Ellas tuvieron reparación judicial en la manera que establecen los tribunales, pero luego había un poso de duda a nivel social que también nos parecía muy significativo.

    ¿Por qué motivos tomaron la decisión de no contar en qué estaban trabajando hasta casi su estreno?

    Robert Bahar: Para proteger a las víctimas y sus familias y a todas las personas que participaron en el proyecto. Sabíamos que muchas personas iban a necesitar tiempo solo para decidir si iban a querer participar o no.

    Tampoco queríamos presión sobre a quienes entrevistar o ver otros proyectos similares. Todas estas cosas no ayudan. Era muy importante para proteger el proceso: hasta diez días antes de su estreno nadie sabía que existía, y todas las personas involucradas (alrededor de 250) se guardaron muy bien de contarlo.

    Almudena Carracedo: Trabajamos muy despacito, porque necesitamos el tiempo para poder hacer las películas que deseamos, tiempo para poder equivocarnos, para tomar decisiones… en medio del montaje si no estamos transmitiendo lo que queremos transmitir, volvemos a empezar. Si tienes presión desde fuera o la presión de un estreno, los objetivos ya empiezan a difuminarse. Poder trabajar y dedicarle el tiempo que el proyecto necesitaba, con tranquilidad y con respeto hacia la historia y hacia las personas involucradas, era fundamental.

    ¿Es común que los cineastas documentales se enfrenten a esas presiones?

    Almudena Carracedo: Sí, cierto, pero este tema en concreto era muy explosivo, y lo sabíamos, por eso queríamos controlar el relato, arropar la historia con los mensajes correctos, con la campaña correcta a la hora de lanzar la película. Era la única manera de hacerlo. Teníamos una responsabilidad moral grande como cineastas y sabíamos la posible repercusión que podría tener a nivel mundial. Una hora después de presentar el tráiler tenía ya 450.000 visualizaciones.

    ¿Qué fue lo más difícil de conseguir?

    Robert Bahar: Empieza por pedir permiso a las víctimas y a las familias y hacerles entender que trabajaríamos el proyecto con respeto.

    Almudena Carracedo: Queríamos contar la historia desde una perspectiva feminista y no podíamos empezarla sin pedir permiso a las víctimas supervivientes. Partíamos de tres pilares: cero sensacionalismo (cero morbo), respeto total y rigor. Nuestros trabajos anteriores también nos sirvieron ‘de aval’ para hacerles entender cómo queríamos trabajar. Y obtuvimos respuestas muy positivas. Contactamos con la familia de la víctima sobreviviente en los Sanfermines y tuvimos su consentimiento informado. Nos hemos reunido en multitud de ocasiones y se han involucrado en el proyecto a lo largo de estos años.

    Para las personas involucradas ha sido un proceso que ha ocupado varios años de su vida, y sobre algo muy traumático, era primordial que se encontraran cómodas participando en un documental que iban a ver miles de personas. Entendíamos que algunas no quisieran estar y entendíamos que cada quien necesitaba sus propios tiempos para decidir. Más que difícil, necesitamos tiempo, mucho tiempo.

    ¿Es una forma de trabajar absolutamente a contracorriente en esta sociedad donde todo es ya y ahora?

    Robert Bahar: Creo que más en este momento como sociedad hay que cocinar a fuego lento. Porque si tú quieres entender por qué pasó algo, y no solo cómo, sino por qué, y analizarlo, necesitas tiempo, fue el ingrediente más importante.

    Almudena Carracedo: Hay mucha gente que trabaja así, no somos los únicos. Nuestra productora se llama Lucernam porque es un dicho en latín, olet lucernam, dícese de las obras literarias que habían tardado tanto tiempo en escribirse que se habían impregnado del olor del candil bajo cuya luz se habían escrito.

    ¿Con cuánto material, grabado y de archivo, han trabajado?

    Almudena Carracedo: Teníamos distintos tipos de material: teníamos dos archiveras trabajando dos años a tiempo completo y buscando todo el material de archivo que había sobre el caso. Cuando digo ‘todo’, es todo. Queríamos tener todo lo que grababan las cámaras tras las salidas de los juzgados, por ejemplo. En total teníamos unas 1.000 horas. Y 80 horas de entrevistas, porque nuestras entrevistas duraban entre 3 y 7 horas en algunos casos. Y todo ese material hay que catalogarlo, leerlo, pensarlo. Teníamos también material original grabado en Sanfermines, que suponían otras 50 horas.

    Robert Bahar: También trabajamos con las palabras de las personas sobrevivientes. Desde el principio sabíamos que la víctima superviviente de la agresión que ocurrió en Sanfermines no iba a participar de manera directa sino a través de los testimonios de las personas que la acompañaron. Revisamos sus declaraciones judiciales en la manera en que habían salido en la prensa y las dos cartas que envió a los medios. Y en el caso de la víctima superviviente de la agresión que ocurrió en Pozoblanco, quería contar lo que había ocurrido.

    Almudena Carracedo: También contamos con las redes sociales. La jefa de investigación del equipo estaba encargada de buscar miles y miles de mensajes en redes sociales. Investigar sobre todos los mensajes que aparecían fue una labor casi arqueológica de investigación. Para los mensajes del #Cuéntalo, trabajamos con el Centro de Supercomputación de Barcelona, que nos pasó 50.000 mensajes, catalogamos unos 2.000 y seleccionamos finalmente unos ciento y pico para la película. El proceso de montaje, con todo ese material, duró un año y cuatro meses.

    ¿Se plantearon desde el principio que las víctimas no iban a estar para evitar revictimizarlas?

    Robert Bahar: Lo prioritario era no hacer más daño; al principio no sabíamos exactamente cómo íbamos a lograrlo y entramos en conversación bien con ellas bien con sus familias.

    Almudena Carracedo: De alguna manera esa decisión está liderada por ellas, son ellas las que decidieron si estar y cómo estar. Y nosotros respetamos esa decisión. Y nos parecía importante que tuvieran un tratamiento simétrico.

    Esta reflexión de cómo no revictimizar, que obviamente es parte del pilar del respeto, es algo que pensamos mucho. También leímos mucho, porque también hubo un periodismo muy comprometido, que había analizado y explorado cuáles eran esas líneas que no se podían tocar, había que entender cuánto detalle incorporar. Había que hacer lo posible porque se entendiera bien lo que había pasado, pero el detalle solamente les pertenece a las víctimas y a las personas que están investigando. Esa línea roja es algo que no habíamos transitado antes.

    Más o menos a la mitad del proceso decidimos no incorporar absolutamente ninguna imagen que nos pareciera que pudiera traspasar esa línea. Ese era el reto, contar, hablar de la brutalidad de lo que ocurrió, pero sin contarlo con detalles, detalles que pertenecen al informe pericial pero no al público. Y esto fue un trabajo de reflexión grande.

    Contaron con actrices para abordar los testimonios de las víctimas, ¿cómo trabajaron con Carolina Yuste y Natalia de Molina?

    Almudena Carracedo: Es difícil hacer castings si estás trabajando en secreto, así que no los hicimos. A veces las cosas pasan de manera fortuita y de manera muy bonita. Decidí contactar con Celia de Molina (actriz y directora) y contarle lo que andábamos haciendo y que necesitábamos dos actrices comprometidas con el feminismo y que pudieran ‘guardar un secreto’. Y ella me habló de su hermana, Natalia de Molina, y de Carolina Yuste. Necesitábamos tener dos voces además diferentes, probamos las dos voces, les enseñamos trozos de la película y su reacción fue espontánea e inmediata, tanto que nos emocionó.

    Fue difícil entender cómo interpretar la voz de la chica que sufrió la agresión en Pamplona, porque venía de transcripciones en el Juzgado, el reto era cómo hacerla de una manera sobria, cómo no caer en la revictimización, dónde emocionarse, y decidimos hacer una interpretación mucho más neutra, mucho menos interpretada, con más contención. Natalia de Molina puso voz a sus palabras.

    ¿Cuántas personas la han visto y de cuántos países? y ¿qué mensajes les están llegando?

    Robert Bahar: Después de un día, fue número uno en España en Netflix. Superamos a Dune (Dune 2 se estaba estrenando en cines) por una semana o más. Hubo un momento en que todo el país estaba viéndola, y recibíamos mensajes de todos lados. Millones de personas ya la han visto. Entró en el top 10 en Chile y en Uruguay y, por unos días, en Países Bajos y Croacia. Llegó a número tres mundial dentro de películas de habla no inglesa. Millones de cuentas de la plataforma la han visto y probablemente detrás de cada cuenta hay dos o más personas.

    Almudena Carracedo: Las reacciones fueron mensajes de felicitaciones y mensajes compartiendo experiencias, que formaban parte del #Cuéntalo. Lo que nos parece más emocionante siempre es la capacidad transformadora que puede tener una película a nivel de conciencias. Nos están escribiendo de muchísimos sitios, del ámbito educativo, de ayuntamientos… es importante que llegue a los institutos, a las chavalas y de manera importante a los chavales de 14 a 17 años. Por otro lado, obviamente la parte institucional es iportante, es decir, tener una herramienta también donde todos estos temas están juntos. Tuvimos una proyección en el Ministerio de Igualdad.

    Robert Bahar: Y en CCOO.

    Almudena Carracedo: Tuvimos una proyección en el Auditorio Marcelino Camacho de CCOO, no sé si sabes de este sitio (risas) (1). Y tenemos proyecciones también con asociaciones que quieren utilizar la película como herramienta de concienciación y de debate. Se proyectó en Ca la Dona (Barcelona) y una compañera decía que echaba de menos a más expertas. Nosotros lo que intentamos es proporcionar datos suficientes, pero la mayor fortaleza del cine está en las emociones, hacemos películas que emocionen con la esperanza de que hagan reflexionar, no son emociones vacías sino que apelan al cambio social, a la movilización, a hablar entre amigas. Madres que quedan con sus hijas y amigas de 14 años para verlas juntas. Lo tangible de ese cambio es intangible. El otro día nos mandaron un vídeo de San Salvador de una señora con un megáfono en un centro cultural llamando a gente en la calle para que entraran a ver una proyección. Siempre decimos: ‘Os hemos entregado la película y ahora es vuestra’, para trabajarla y utilizarla como herramienta para estos debates que tanto necesitamos.

    Pero hay algunas expertas que ofrecen su testimonio ¿Cómo las seleccionaron?

    Almudena Carracedo: Las voces que están son personas participantes en la historia, no hay expertas externas, son personas que participaron de manera directa. Ana Requena, de elDiario.es estaba ahí en la sala, siguiendo el juicio. Cuentas la historia a partir de relatos personales, desde la trabajadora social que la acompañó, la primera policía que la creyó (y esto es político)…

    Robert Bahar: En muchas películas documentales no es necesario entrevistar a personas expertas, porque todo va a salir si buceas en todos los aspectos de la historia.

    ¿Qué tienen en común sus trabajos?

    Robert Bahar: Creo que especialmente No está sola y El silencio de otros son mosaicos. Es una mezcla de historias y contexto e ideas. En No estás sola hay capas, hay tres historias entretejidas, Sanfermines, Pozoblanco y la de Nagore Laffage, que es muy significativa. El objetivo es construir estos mosaicos para intentar comunicar, bucear, entender algo que quizás ha estado tapado y hay que destapar.

    Almudena Carracedo: Hay una palabra que ha salido siempre en los coloquios de nuestras tres películas: ‘dignidad’, la búsqueda de la dignidad. Y luego, curiosamente, en las tres historias hay movimientos sociales que acompañan una demanda legal.

    Robert Bahar: Son los mecanismos para hacer cambios sociales. Pero también veo interesante dejar espacio para que la gente pueda pensar.

    Almudena Carracedo: Sí, es la idea del espejo; que espectadoras o espectadores se vean reflejados, has llorado porque hay algo que está conectando con tu experiencia o con cómo te proyectas o quieres para el mundo. Nuestras pelis interrogan o lanzan preguntas más que responderlas. En No estás sola hay una razón por la que las mujeres salimos a la calle, intentamos explicar ese porqué y que quien la vea pueda usar esas herramientas para continuar ese avance y esa conversación social.

    ¿Cómo está reaccionando el público masculino?

    Almudena Carracedo: Aunque el liderazgo es de las mujeres, incorporamos voces de hombres con una visión diferente del relato aprendido.

    Robert Bahar: Por eso creo que es muy importante que se pueda ver en institutos, especialmente, porque es el momento en que estás construyendo tu identidad y pensando en cómo vas a interactuar en tu mundo social. Para mí fue una experiencia transformadora. Porque a pesar de sentirme un aliado y apostar por la justicia social, pensaba que no tenía ideas machistas, sin embargo la película te hace pensar en los privilegios que aún tienes por ser hombre. Espero que ofrezca una oportunidad de cambio a otros hombres y chicos.

    ¿Cómo fueron las conversaciones y la colaboración con las mujeres del movimiento feminista y las promotoras del #Cuéntalo?

    Almudena Carracedo: Le contamos la idea a Justa Montero en Madrid y a Begoña Zabala en Pamplona. Y nos dijeron que creían que la película era necesaria. Ese fue el punto de partida. Hemos contado con muchas personas de allí para mostrar la ciudad y sus esfuerzos contra las violencias sexuales con protocolos pioneros, para no demonizar los Sanfermines.

    Lo que nos pasaba con el #Cuéntalo es que no conseguíamos leer más de 10 tuits sin destrozarnos, sin rompernos. Teníamos que poder transmitir su potencia sin que la audiencia se quebrara, porque necesitamos que llegue hasta el final. Fue un reto muy grande. La directora de Público, Virginia Pérez Alonso, lanzó el primer tuit y Cristina Fallarás lo continuó con #Cuéntalo, lo incorporamos finalmente como una retroalimentación de las manifestaciones. Se rompe el silencio. Fue una multiplicación.

    De alguna manera es el mensaje final.

    Robert Bahar: Sí, de una de las cartas de la superviviente de los Sanfermines: ‘Contadlo’. Es un mensaje muy potente.

    Almudena Carracedo: Como puedas y cuando puedas y a quien puedas.

    Almudena, forma parte de CIMA, la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales, ¿por qué sigue siendo necesario organizarse como mujeres cineastas?

    Almudena Carracedo: Gracias a CIMA y a otras asociaciones hemos conseguido introducir cuotas en el cine, que las mujeres podamos contar nuestras historias desde nuestros diversos puntos de vista, con una perspectiva diversa, plural, transversal. Las cuotas funcionan para dar acceso a montón de mujeres con un montón de talento. Y aparecen películas como Cinco lobitos (2022), de Alauda Ruiz de Azúa donde se habla de cuidados. ¿Y las cuotas, hasta cuándo? hasta que consigamos la equidad. Queda mucho por hacer y muchas historias por contar.

    Por otro lado, es mi responsabilidad como mujer cineasta pensar en cómo representar las violencias sexuales y facilitar el camino a mujeres cineastas que vienen detrás. Ha habido un pequeño boom y están surgiendo más series, películas donde se aborda este tema en proyectos liderados o coliderados por mujeres, contados desde otra perspectiva.

    Carmen Briz (@MamenBriz) es periodista y forma parte del equipo de la Secretaría Confederal de Mujeres, Igualdad y Condiciones de Trabajo de CCOO.

    (1) El día 29 de mayo, y dentro de los actos de celebración del 40 aniversario de la revista Trabajadora, tenía lugar en el Auditorio Marcelino Camacho de CCOO de Madrid la proyección de la película documental No estás sola. La lucha contra la Manada y un posterior coloquio con sus directores, la experta en violencias sexuales Bárbara Tardón y Carolina Vidal, secretaria confederal de Mujeres, Igualdad y Condiciones de Trabajo de CCOO.

    Revista Trabajadora, n. 83 (julio de 2024).