Confederación Sindical de Comisiones Obreras | 15 noviembre 2024.

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REVISTA "TRABAJADORA", N. 83 (JULIO DE 2024)

Informe/ "Trabajadora", 40 años comunicando sindicalismo, comunicando feminismo

    Un boletín abierto a todas”, así se presenta en 1984 Trabajadora y así continúa 40 años después, con ese mismo espíritu de ser una herramienta útil para generar redes de conocimiento y redes solidarias en torno a las cuestiones de las mujeres. Escriben en el siguiente informe: Empar Pablo, secretaria confederal de Comunicación, Carolina Vidal, secretaria confederal de Mujeres, Igualdad y Condiciones de Trabajo de CCOO y Carmen Briz, realizadora de la revista desde 2001.

    10/07/2024.
    Trabajadora, 40 años comunicando sindicalismo, comunicando feminismo.

    Trabajadora, 40 años comunicando sindicalismo, comunicando feminismo.

    Trabajadora, comunicadora de igualdad

    MÁS QUE RECORDAR los 40 años de la revista Trabajadora, porque no cabrían en este breve artículo, intentaré compartir algunas reflexiones en torno al papel fundamental que ha jugado esta publicación como comunicadora de igualdad en CCOO, y alguna otra sobre la situación actual de la disputa por el relato.

    Trabajadora es la única revista sindical con perspectiva de género existente en este país que se ha convertido en todo un referente más allá del mundo sindical. No en vano ha sido premiada en varias ocasiones como sabéis. En 2013 obtuvo el premio en la categoría de "Comunicación" por el Consejo de las Mujeres del Municipio de Madrid y el Premi Bones Pràctiques de Comunicació No Sexista, de la Associació de Dones Periodistes de Catalunya.

    Desde su creación, oficialmente en 1984, Trabajadora ha visibilizado el papel desempeñado por las secretarías de las Mujeres ofreciendo información sobre la situación y la participación de las mujeres en el mundo del trabajo, en el propio sindicato y en los distintos ámbitos de la vida social, política y cultural. Todo su contenido concierne a las trabajadoras, a la denuncia de situaciones de discriminación, los avances legislativos, sentencias, medidas de acción positiva, investigaciones, actividades formativas, entrevistas, reportajes, literatura, música, cine, arte y fotografía, etc. desde una visión sindical con perspectiva feminista, contribuyendo a consolidar la configuración de Comisiones Obreras como un sindicato de hombres y mujeres y fortaleciendo el ejercicio de un sindicalismo feminista, tal y cómo se recoge en los estatutos desde el 12º Congreso.

    Y como todavía queda mucho por hacer para que la igualdad sea real y efectiva en todos los ámbitos de la vida, el trabajo, la sociedad, la cultura, la política… y el sindicalismo, el compromiso de CCOO con la igualdad es firme y está más vivo que nunca, siendo imprescindible contar con soportes narrativos que incluyan el testimonio de las mujeres en primera persona, aportándonos visibilidad como sujeto individual y colectivo, como herramienta teórica y política, como forma de intervención, así como nuestros puntos de vista y experiencias.

    Digo esto, porque en la era de la dictadura digital y el consumo depredador de contenidos, poner ideas en un soporte que no caduque en menos de 30 segundos es apostar por darle tiempo a esas ideas, dar espacio para narrarnos y construir nuestra identidad como organización sindical de mujeres y hombres, sin mediaciones, mostrando nuestra forma de ver el mundo y nuestras alternativas para poder alcanzar una sociedad justa, inclusiva y respetuosa.

    La disputa por el relato

    NADIE podría negar hoy que las sociedades contemporáneas están tejidas a base de situaciones y problemas complejos, pero a pesar de ello, se insiste interesadamente en explicárselos a la ciudadanía a base de recetas simples que son, supuestamente, más fáciles de asimilar. Infantilizar a la audiencia es una de las estrategias favoritas de quien maneja el mundo bajo dos premisas: la de que no hay tiempo y la de la falsa apariencia de una libertad de publicación y difusión de contenidos, que todo apunta a que profundiza en las debilidades, vulnerabilidad e incertezas de cada persona.

    Hemos convertido el tiempo en una mercancía de usar y tirar, como diría mi querido Luis García Montero, y hemos acabado en una batalla campal por captar por encima de todo la atención del público con armas de ‘destrucción informativa’ para controlar el mercado que está teniendo una angustiante repercusión en el ámbito social y político, en detrimento de los derechos y libertades, particularmente de las mujeres.

    La proliferación de contenidos basados en mentiras y desinformación que se propagan con formulaciones breves, sin matices y confrontativas a través de las redes sociales, y especialmente por aplicaciones como WhatsApp o Telegram, están, por un lado, imposibilitando un debate social limpio y democrático, así como por otro, fomentando la preocupante extensión del ideario reaccionario y machista de las derechas, con desastrosas consecuencias para la convivencia, la igualdad y la propia democracia, como estamos viendo, y sufriendo, después de los resultados de los recientes comicios europeos, y elección tras elección.

    La verdad muere a los pies de titulares sensacionalistas de pseudo-medios e influencers. Y algo hay que hacer, tenemos en nuestra mano el poder de cambiar las cosas. Como secretaria confederal de Comunicación, considero que cuidar nuestro relato se ha vuelto labor imprescindible pero que debemos cuidar desde el conjunto del sindicato en general. Eso quiere decir, dar tiempo a lo que necesita tiempo, espacio a lo que no es sencillo de explicar, empoderar a la gente trabajadora situándola como protagonista, teniendo en cuenta su singularidad, su condición y tratándola con el respeto de saber que al otro lado hay una persona con la que conectamos. Y por extensión, cobran especial importancia, todas las expresiones comunicativas que, como la revista Trabajadora, contribuyen a enriquecer ese objetivo. El reto está en disputar la batalla por el relato en las mejores condiciones, algunos pasos parece que se están dando en esa dirección. Tejer una alianza social frente a la maquinaria de la desinformación es una tarea urgente que está impulsando el sindicato.

    Las Comisiones Obreras continúan estando fuertemente comprometidas con los principios democráticos y con el desarrollo transversal de las políticas de igualdad. Los avances sociales son posibles por el esfuerzo colectivo, permanente y tenaz, de miles de mujeres y hombres sindicalistas, pero muy singularmente por el esfuerzo anónimo e invisible de las trabajadoras a las que debemos mostrar nuestro reconocimiento, y una manera de hacerlo con respeto y dignificando su compromiso, es también ponerles altavoz y contando sus historias, tal y como nos las encontramos en las páginas de la revista Trabajadora.

    Compartiendo estas reflexiones atropelladas que caben en un humilde artículo, no puedo finalizar sin expresar con toda gratitud, como mujer afiliada a las CCOO y como dirigente sindical, mi reconocimiento a la labor a la que contribuye la revista Trabajadora y a todas las personas que, con tanto cariño y dedicación tras los años, la han hecho posible. Por muchos más.

    Empar Pablo (@emparpm) es secretaria confederal de Comunicación de CCOO (@CCOO).

    Una mirada histórica

    TRABAJADORA, publicación pionera como medio de información formativa en temas de género, ha contribuido de forma determinante a configurar una opinión pública informada y activa en el avance hacia la igualdad laboral entre mujeres y hombres. Su apuesta divulgativa por la igualdad de oportunidades y de trato ha sido clave. Dirigida al interior del sindicato y al conjunto de la sociedad, ha conjugado elementos de la enseñanza crítica y propaganda proveniente de las tradiciones de los movimientos obrero y feminista. Esta tendencia didáctica y divulgativa en lo que se refiere a la igualdad de género, con argumentaciones realizadas desde la racionalidad democrática e igualitarista, teniendo siempre en cuenta la interseccionalidad, y la lógica de desarrollo de los derechos de las mujeres, se convierte en una seña de identidad de Trabajadora en sentido integral y se aprecia singularmente en la línea editorial de la revista.

    Tanto en lo referente a los formatos como a la extensión de los contenidos tratados, Trabajadora se ha ido actualizando permanentemente, adecuándose a las necesidades informativas y a las exigencias comunicativas de cada tiempo. En constante evolución, y en muchas ocasiones con carácter precursor, ha sabido integrar la atención a los diferentes cambios laborales, sociales y políticos en materia de igualdad de género, adaptándose a las innovaciones en el diseño y tratamiento informativo que el uso de las nuevas tecnologías ha propiciado.

    Partiendo de las informaciones sindicales tanto del ámbito nacional como internacional, la revista ha ido diversificándose temáticamente, abriéndose a informaciones del movimiento o/y la investigación feminista, además de a otras organizaciones internacionales, institucionales y culturales, en relación con temas de interés para las trabajadoras. El protagonismo colectivo de los cambios sociopolíticos producidos en el avance hacia la igualdad real a través de la lucha contra la discriminación queda plasmado en Trabajadora, cuyo estudio revela la firmeza de la acción sindical en este ámbito, junto a debates y propuestas del movimiento feminista y el empuje de las novedades normativas producidas a nivel internacional, fundamentalmente las europeas. Constituyen materias informativas habituales las referentes a la discriminación laboral y social de las mujeres, la preocupación por la violencia de género, la constante demanda de reparto de responsabilidades familiares entre mujeres y hombres y la reclamación contundente de la participación y representación de las mujeres en los ámbitos de decisión.

    Participación y representación de mujeres en ámbitos de decisión

    TRABAJADORA permite reconstruir los esfuerzos reivindicativos de CCOO por aumentar los niveles de participación y representación de las trabajadoras en la actividad laboral y sindical así como asegurar una presencia equilibrada de las mujeres en los distintos ámbitos de decisión, paritaria en los últimos años. La demanda de la imprescindible presencia paritaria de las mujeres en las estructuras y en la actividad del sindicato y en la esfera de lo político se ha basado en el déficit democrático que conlleva su infrarrepresentación, por cuanto cada colectivo discriminado debe protagonizar su esfuerzo emancipador sin tutelas y porque en las organizaciones democráticas los intereses del grupo representado deben coincidir con los del grupo representante. Por ello, como se ha insistido desde Trabajadora, la lucha contra la discriminación laboral y social de las mujeres no puede hacerse sin las mujeres.

    Merece también un breve comentario la constatación de la preferencia de las trabajadoras por la opción sindical representada por CCOO, constatada históricamente desde las elecciones sindicales democráticas. De ello puede inferirse cómo CCOO es una organización sindical que da respuestas a los problemas específicos de las trabajadoras; que se autodefine como un espacio sindical de hombres y mujeres, ahora también feminista; que evoluciona internamente hasta comprometerse estatutariamente con la igualdad de trato y oportunidades y contra las violencias de género; que es capaz de innovar en la práctica sindical con la puesta en marcha de políticas de género internas y externas y extenderlas al conjunto de la ciudadanía a través de su defensa en los diferentes ámbitos de interlocución social; que también es capaz de protagonizar una apertura al protagonismo y representación de las mujeres en sus diferentes estructuras, y visibilizar la genealogía sindical y feminista; y que cuenta con un medio de comunicación especializado en la difusión de todas las actuaciones en este sentido. Podemos imaginar que todo influye para que reciba el refrendo creciente de las trabajadoras como se vislumbra en los datos del incremento de afiliación, así como en el respaldo en las elecciones sindicales.

    La igualdad en la negociación colectiva y en el diálogo social

    CCOO SUPO apreciar tempranamente las posibilidades que ofrece la incorporación de medidas para la igualdad en la negociación colectiva como instrumento para la eliminación de cualquier forma de discriminación a las trabajadoras en el ámbito laboral y mantener la presión sindical hasta lograr su regulación. Trabajadora atestigua este compromiso inquebrantable; desde su primer número, la revista proporciona un sustrato documental en el que se refleja el itinerario de la reivindicación y posterior introducción de las diferentes medidas para la igualdad de género en la negociación colectiva y el diálogo social, a través de las normativas y de la concertación social, a la vez que siguen reclamando mejoras inaplazables.

    Se pueden observar diferentes fases en la incorporación de la igualdad de oportunidades en el diálogo social y en la negociación colectiva: una primera fase, de difusión, sensibilización y reivindicación para introducir la perspectiva de género en la negociación colectiva; una segunda, en la que se muestra mayor receptividad a la inclusión de criterios sindicales que recogen estrategias y medidas para la eliminación de las discriminaciones hacia las mujeres, con recomendaciones de buenas prácticas que cobran mayor impulso a partir del Acuerdo Nacional por el Empleo (ANC) de 2002, que cuenta ya con un capítulo específico para la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres; y una tercera fase, que persiste en la actualidad, en la que se dan a conocer diversas actuaciones (estudios de convenios, balance de la negociación colectiva, creación de comisiones para la Igualdad…) para alcanzar un conocimiento en materia de igualdad y mayor efectividad en la consecución de los objetivos de igualdad en las empresas. El más reciente acuerdo del diálogo social, el V AENC, incorpora de nuevo criterios, con capítulos específicos, sobre igualdad entre mujeres y hombres, para asegurar un tratamiento transversal de la igualdad entre mujeres y hombres en todos los contenidos del convenio colectivo con perspectiva de género sobre elementos fundamentales de la negociación como el acceso, la formación, la estructura salarial, los sistemas de clasificación profesional, etc. También incluye orientaciones para afrontar las violencias sexuales y de género. Y, por primera vez se incorpora en el AENC propuestas lgtbi+: promover plantillas heterogéneas; crear espacios de trabajo inclusivos y seguros; favorecer la integración y la no discriminación al colectivo LGTBI en los centros de trabajo a través de medidas específicas, de conformidad con lo previsto en el artículo 15.1 de la Ley 4/2023, de 28 de febrero, para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI y asegurar que los protocolos de acoso y violencia en el trabajo contemplen la protección de las personas LGTBI en el ámbito laboral.

    Condiciones de trabajo

    LA ACTIVIDAD sindical por mejorar las condiciones laborales de la clase trabajadora lo largo de estas décadas queda plasmado en Trabajadora. Desde las primeras reivindicaciones por el derecho al empleo de las mujeres y por su acceso a cualquier empleo, inclusive en los ámbitos tradicionalmente masculinizados, que caracterizan las primeras etapas de la revista, hasta la reclamación de un empleo con derechos, para colectivos de trabajadoras que no están regularizados, o empleos dignos y de calidad, para combatir la situación de temporalidad y precariedad que afecta mayoritariamente a las mujeres en nuestro entorno laboral y que determina su peor situación sociolaboral, en las épocas de la revista más recientes.

    Trabajadora ha cedido la voz a las diferentes trabajadoras de los diversos sectores en sus reclamaciones laborales, ha contribuido a visibilizar tanto los problemas comunes (discriminaciones de trato y oportunidades: discriminaciones en el acceso, salariales, de formación, de promoción, la corresponsabilidad, los riesgos laborales y luchas sociopolíticas como el derecho al aborto) como los específicos del sector o de la empresa, y ha ayudado a cohesionar demandas; ha puesto en conocimiento de la opinión pública general las distintas fases de la lucha sindical por defender los puestos de trabajo o mejorar las situaciones laborales de colectivos amenazados con el despido o que trabajaban en condiciones muy duras: la reclamación colectiva, la negociación, la huelga, la solidaridad… y ha difundido también muchos de los logros de la infatigable acción sindical de las trabajadoras en estos determinantes años.

    Por otra parte, han sido frecuentes las informaciones periódicas de Trabajadora que presentan estudios y balances de la situación laboral de las mujeres de las diferentes comunidades autónomas, del Estado, o de la Unión Europea, así como por sectores o problemáticas específicas. Muchos de estos estudios son fruto del trabajo de la estructura orgánica sindical y de las secretarias de Mujeres de Federaciones y Territorios. Con ello, se ha logrado avanzar en el conocimiento y difusión de la situación laboral de las mujeres, promoviendo una mayor concienciación y sensibilización en el conjunto del sindicato y en la sociedad hacia la necesidad de incorporar medidas y estrategias que permitan superar esta desigualdad de género.

    Un hito significativo, del que da cuenta Trabajadora, es la demanda sindical de planes de igualdad en las empresas, que se bosqueja ya en los números de la revista desde 1989, de manera más persistente desde 1993, mucho antes de la integración en la normativa con la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres. Hoy, los planes de igualdad forman parte de la acción sindical de manera central.

    El derecho al aborto

    LAS SECRETARÍAS de Mujeres siempre atendieron a objetivos de carácter sociopolítico, como el derecho al aborto. Y han aportado conocimiento en todas las jornadas feministas estatales en las que han participado. En 1978, un cortejo de mujeres de CCOO ya se manifestaba por el derecho a la anticoncepción y el aborto. La legalización de los anticonceptivos se aprobó en octubre de ese mismo año, no así el aborto. En el 2º Congreso Confederal de CCOO celebrado en Barcelona en 1981, en la resolución titulada “La Mujer” se alude a la problemática del aborto y aboga por la legalización del aborto voluntario y por la amnistía de las personas enjuiciadas por esta causa.

    El derecho al aborto ha sido una reivindicación siempre recogida tanto en los sucesivos manifiestos del 8 de Marzo, sobre todo en las décadas de los 80 y los 90, de las secretarías de Mujeres como en las páginas de Trabajadora. Porque a pesar de que en 1985 se adopta una despenalización parcial que recoge tres supuestos: malformaciones, violación, y peligro para la salud de la madre, sigue siendo insuficiente. El debate sobre el aborto generó intensos debates en la sociedad y en el sindicato, al tiempo que se enjuiciaba a médicas, médicos y clínicas que asistían a las mujeres. Las portadas de Trabajadora de los años 90 lo incluían entre sus titulares y destacados. El aborto pasó de ser un tema “semitabú” en la década de los 80 a convertirse en una cuestión política de primer orden.

    En 2024, aún no es gratuito, ni accesible ni seguro abortar en muchos países europeos. La Secretaría Confederal de Mujeres, Igualdad y Condiciones de Trabajo de CCOO se incorpora a la recogida de firmas para conseguir el aborto gratuito, seguro y accesible en toda Europa, que inicia la organización Mi Voz, Mi Decisión y lo traslada en este último número Trabajadora (n. 83, julio de 2024), con la colaboración de Kika Fumero, una de sus promotoras en España.

    La demanda de corresponsabilidad

    TRABAJADORA testimonia el largo recorrido de la reivindicación de CCOO para que en el marco de las normativas y de las relaciones laborales legalmente constituidas se contemplen medidas que contribuyan a que mujeres y hombres puedan compatibilizar sus responsabilidades y trabajos en los ámbitos laboral, familiar y personal. Conseguir que las trabajadoras no vean perjudicada su vida laboral por su maternidad, sensibilizar y educar a los hombres en las tareas de cuidado, fomentando su corresponsabilidad, y promover la conciliación como un derecho individual e intransferible ha sido un elemento reivindicativo y de presión desde la acción sindical de CCOO, como ha quedado plasmado en la revista. Muchas de estas reclamaciones han sido logradas en el transcurrir de los años; se ha avanzado en la protección de la maternidad y en la participación de mujeres y hombres en el desempeño de las responsabilidades familiares, con mejoras que hoy aparecen amparadas por algunas leyes. Pero queda mucho por hacer para conseguir la redistribución social de unos cuidados familiares que aún recaen en las mujeres, de ahí la propuesta de CCOO por un Pacto Estatal e Integral de Cuidados, al que también ha dado espacio, voz y resonancia Trabajadora.

    Además, CCOO se ha preocupado por la incorporación de las mujeres en el empleo y por sus condiciones laborales y por trabajar en medidas de Seguridad Social y de pensiones que les afecten en positivo.

    Las violencias contra las mujeres

    LA ERRADICACIÓN de un fenómeno tan ancestral y extendido como es la violencia contra las mujeres conlleva la responsabilidad de coactuar desde las distintas organizaciones sociales. CCOO vuelve a ser un sindicato pionero en aunar, en la lucha contra todas las manifestaciones de este tipo de violencia, la denuncia y la movilización, el discurso programático y la acción sindical. Lógicamente, el mayor esfuerzo de actuación se localiza en prevenir o intervenir en casos de acoso sexual y acoso por razón de sexo en el centro de trabajo, y en incluir estas medidas en la negociación colectiva mediante los protocolos de actuación. Esta problemática centra numerosas investigaciones, estudios, programas comunitarios, jornadas, y otras actividades formativas o de sensibilización. Desde hace dos años se cuenta, además, con el Observatorio de Acoso Sexual y Acoso por Razón de Sexo.

    La violencia de género ha sido un contenido recurrente en la historia de Trabajadora, manteniéndose en el horizonte reivindicativo y de denuncia, ante la realidad del sufrimiento cotidiano de miles de mujeres en el entorno más inmediato, el acoso sexual en el ámbito laboral, la violencia sexual o la violencia de género en las relaciones de pareja o ex pareja en nuestra realidad más cercana, pero también en cualquier ámbito político o geográfico. El componente solidario e internacionalista, que forma parte del discurso fundacional de CCOO, ha propiciado que no se olvidase la violencia contra las mujeres que permanece activa con especial crudeza y características de feminicidio en otros lugares del mundo (las violaciones masivas durante conflictos armados como el de la ex Yugoslavia, o los asesinatos de mujeres en Argelia, Afganistán, Guatemala, Ciudad Juárez, Irán, Palestina…).

    Las sedes de CCOO se convirtieron, desde el año 2020, en espacios seguros para que las mujeres que sufren violencias machistas.

    El enfoque en Trabajadora de las informaciones sobre violencia de género ha sido, como en otros asuntos, precursor, adelantándose en su práctica comunicativa a las actuales recomendaciones de los organismos nacionales e internacionales de igualdad y de la comunidad experta. Se puede advertir que Trabajadora a lo largo de su trayectoria y en la visión global de la violencia de género, ha cumplido con las propuestas para un correcto tratamiento informativo de la violencia de género, sobre la valoración, los contenidos, las formas y los lenguajes implicados en la elaboración de tales informaciones.

    En Trabajadora se ha tenido conciencia de que no se trata de noticias convencionales, ni hechos esporádicos o aislados que pertenecen al ámbito de lo privado; se han catalogado como diferentes manifestaciones de un problema social que hunde sus raíces en la desigualdad de género; asimismo, se ha explicitado que la violencia hacia las mujeres constituye un atentado contra los derechos de las mujeres y contra los derechos humanos universales.

    Carolina Vidal (@CarolinaVidal_L )es secretaria confederal de Mujeres, Igualdad y Condiciones de Trabajo de CCOO.

    Abierta a todas

    TRABAJADORA nace bajo la sombra del siguiente titular: “Un boletín abierto a todas”. Y así continúa, abierta a todas las personas que escriben en ella, abierta al sindicalismo y a las cuestiones laborales, abierta a quienes la leen, abierta a toda la sociedad. En octubre de 2024 cumple 40 años.

    La publicación surge como una necesidad de coordinación e información de quienes entonces conformaban las diferentes secretarías de la Mujer de CCOO, allá por 1984, y ha continuado firme en su andadura para formar e informar, desde una perspectiva feminista y sindical, sobre la realidad de las mujeres. La cabecera Trabajadora engloba, en su espíritu y desde sus inicios, a todas las mujeres porque todas somos trabajadoras, contemplando la diversidad y la pluralidad.

    Volver la mirada atrás, permite vislumbrar la realidad de las mujeres a lo largo de estas cuatro décadas y la evolución conseguida en muchos terrenos es indiscutible, aunque, a veces, se nos olvide o nos dé sensación de parón. Eso sí, toca seguir avanzando con toda la energía posible, evitando retrocesos indeseados. El ejercicio de volver la mirada atrás siempre es interesante cuando sirve para encarar el futuro.

    Vivimos en sociedades ‘sobreinformadas’, por tanto, no basta con publicar, sino que hay que informar con rigor (un rigor más que necesario en tiempos de bulos), concitar interés y debate en torno a lo que se publica. Mimar cada artículo, cada reseña, cada entrevista… es nuestra tarea.

    Trabajadora continua siendo válida para: explicar los nuevos conceptos en género; ofrecer informaciones relevantes; llamar la atención sobre diferentes situaciones discriminatorias que pudieran pasar desapercibidas; dar a conocer mujeres valiosas y referentes (colaborando a generar agendas periodísticas más inclusivas e integradoras); publicar obra gráfica realizada por artistas, fotógrafas o ilustradoras y abordar todos y cada uno de estos temas usando, como siempre, un lenguaje inclusivo y no sexista.

    Begoña San José, Teresa Nevado, María Jesús Vilches, Rita Moreno, Carmen Bravo, Ana María Herranz, Elena Blasco y Carolina Vidal, en el último mandato, son las secretarias confederales de Mujeres e Igualdad que han mantenido a lo largo de los años la publicación.

    Si Trabajadora ha logrado cumplir años -además del empeño puesto desde CCOO para que así fuera- es porque ha sabido adaptarse a los tiempos. Aquel pequeño boletín impreso, que en algún momento llegó a los 120.000 ejemplares, se convirtió en una revista digital que llega, número tras número, a 600.000 personas afiliadas. Además de las descargas que se realizan a través de la página web confederal de CCOO o directamente a través de las redes sociales de la Secretaría Confederal de Mujeres, Igualdad y Condiciones de Trabajo de CCOO. Si la publicación existe es porque continúa siendo necesaria y sigue siendo útil, refuerza al feminismo sindical y laboral, y aporta ‘saberes’ al sindicalismo en general y suma a los feminismos en cuestiones relacionadas con el mundo laboral. Gracias a quienes la leen, a quienes la siguen. Gracias por acompañarnos en este bonito viaje.

    Y seguimos

    ES EN 2001 y 2016 cuando se inician las épocas IV y V de la publicación, con un formato que se ha mantenido en los últimos años. Pero aunque el diseño y el formato hayan cambiado la esencia del por qué de la publicación se mantiene: el empeño por informar sobre la situación de las mujeres en el trabajo y en la sociedad. Sería imposible pararse en cada número, en cada año, en cada época. Pero sí queremos dejar constancia de lo trabajado en esta última etapa congresual.

    En las páginas de Trabajadora tienen cabida las diferentes campañas puestas en marcha desde CCOO que invitan a la acción. La última de ellas: #OrganizaTuOrgullo. Y recurrir al Editorial sigue siendo imprescindible para conocer todos los avances en materia de igualdad tanto dentro como fuera del sindicato. Las imágenes que acompañan a los editoriales han sido siempre autorretratos de pintoras o fotógrafas: la última de ellas fue de la pintora de origen indio Amrita Sher-Gil (1913-1933), también conocida como la Frida Kahlo india. Un intento de recuperar a mujeres que pasaron inadvertidas por el mundo del arte y que se autorretrataron para dejar constancia, al igual que CCOO escribe editoriales para abordar la actualidad más imperiosa.

    Algunas de las principales actividades puestas en marcha por las distintas secretarias de Mujeres e Igualdad de Territorios y Federaciones han tenido su acogida en la sección Por Aquí.

    En las páginas dedicadas al Empleo se ha escrito sobre las mujeres en el campo, las trabajadoras del hogar, la formación en el empleo, las trabajadoras de ayuda al domicilio, las limpiadoras de Universidad, las estibadoras, las temporeras del campo y las agresiones, las bomberas, las futbolistas, las trabajadoras de la dependencia, los impactos de la reforma laboral en las trabajadoras, teletrabajo, las prácticas no laborales, el V Acuerdo por el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC), el personal educativo, las trabajadoras de perfumerías o las Trabajadoras en Zonas de Gran Afluencia Turística en Andalucía, por citar solo algunas.

    Trabajadora ha entrevistado a mujeres o bien a representantes de organizaciones sindicales y feministas para seguir aprendiendo sobre todo tipo de temáticas. Por citar a algunas de las últimas: al investigador y politólogo Alfredo Ramos sobre masculinidades; a la activista feminista Tatiana Romero en torno al gordo-odio, sobre deportes con la periodista Paloma del Río, a la actriz y humorista Esther Gimeno, a la traductora y tester de videojuegos Judit Tur, a la escritora y periodista Rosa Montero o a Silvia Agüero sobre las resistencias gitanas.

    También han procurado las páginas de la revista resaltar las dificultades propias de la juventud, que además, ha contado con una sección fija Generación XXI en donde se ha escrito sobre: el acoso en redes, la emancipación, el amor romántico, el sindicalismo europeo, la vivienda, la precariedad o campañas de la Secretaría Confederal de Juventud como #NosVanAOír, entre otros temas.

    Los informes han permitido profundizar en temas complejos, por citar algunos de los últimos: acoso sexual, planes de igualdad, la reforma de las pensiones y las brechas de género, la trata de personas, feminismo sindical o la corresponsabilidad en la negociación colectiva.

    Por su parte, Ciberfeministas es una sección donde encontrar recursos de los temas más diversos y un decidido apoyo por quienes están realizando un trabajo ingente en Internet por el feminismo y por generar redes de apoyo mutuo. Citamos algunas de las últimas: Ebloomers y la salud de las mujeres, racismo, espacios para trabajadoras del hogar, migraciones, refugio y diversidad afectivo sexual, mujeres en la ciencia, museos por la igualdad o creadoras en la música.

    La violencia y el acoso en el trabajo a nivel internacional, la tarea de solidaridad de CCOO con Túnez, el sindicalismo de las senegalesas, la actividad del Comité de Mujeres de la Confederación Europea de Sindicatos (CES), la situación de las afganas, el aprendizaje de la lucha de las iraníes, el horror que están viviendo las palestinas, la tremenda situación de las migrantes trabajando en El Líbano bajo la autoridad de La kafala han ocupado las páginas de la sección Por el Mundo.

    Una de las secciones más interesantes, Publicaciones y libros se hace eco de la existencia de otras revistas especializadas en género o revistas generalistas con especiales dedicados a mujeres. Éstas son algunas de ellas y nos congratulamos de su existencia: Revista Amazonas, Líderas, In-Mujeres, Diario Feminista, Revista de Terapia Gestalt, especial mujeres de Entrepueblos, monográfico Corresponsables, Revirada, Más Mujeres A Seguir, Hombres Igualitarios, Pikara Magazine online. Sin olvidarnos de las revistas “hermanas”: Treballadora (de CCOO de Catalunya), Tribuna Violeta Maite Alascio (de CCOO de Ceuta) o Trabajadoras del Hogar (de CCOO del País Valencià),entre otras.

    Por su parte, en la sección Sociedad han tenido cabida informaciones tan variopintas como: los planes de igualdad, las mayores y la violencia machista, la lucha por la vivienda, que también es feminista, la lucha histórica de las trabajadoras del hogar, la brecha digital, los fallos en la atención a las víctimas de violencias machistas, las sindicalistas y la memoria democrática, los retos laborales del cambio climático a través de una perspectiva feminista, la experiencia de El latido de las mariposas o las políticas públicas.

    La literatura, los ensayos, la música, el arte, el teatro o el cine han encontrado acogida en la sección Guía para no perderse. Y es, probablemente, en esta sección donde más se nota el avance en los derechos de las mujeres. A inicios de los años 2000 aún había que “buscar” para encontrar contenidos. No es el caso a día de hoy, en donde cada vez más mujeres publican ensayo o literatura, hacen música o dirigen películas y donde tenemos que hacer un enorme esfuerzo por seleccionar contenidos apropiados.

    La última sección puesta en marcha Diversidad sexual y de género han permitido abordar temas de suma importancia para el colectivo LGTBI+, tales como: Igualdad y diversidad en los convenios colectivos, los docentes y su defensa de la diversidad afectiva sexual y de género en las aulas, el acoso laboral al colectivo lgtbi+, las condiciones de la organización del trabajo y los comportamientos LGTBIfóbicos, migrantes lgtbi+, los mensajes de odio en los centros educativos, la Comunidad de Madrid y sus políticas lgtbifóbicas o los cambios registrales y los fraudes de ley.

    Los derechos sexuales y reproductivos, las violencias machistas en las consultas médicas, los riesgos laborales, la salud de quienes cuidan, las enfermedades invisibles y la violencia institucional, el cáncer de ovario, los sesgos de género en la salud han ocupado su espacio en la sección Salud.

    Trabajadora le debe mucho también a sus firmas invitadas, como lo han sido en los últimos años las siguientes personas: Adrián Junyent (secretario confederal de Juventud), Rosa María Mantecón (secretaria general de Comisiones Obreras de Cantabria), Francisco Trillo (profesor de Derecho del Trabajo y Seguridad Social en la Universidad de Castilla-La Mancha, UCLM), Ana Pilar Sánchez (secretaria general de la Federación de Industria de Aragón), Mariano Sanz (secretario confederal de Salud Laboral y Sostenibilidad Medioambiental), Juana Olmeda (secretaria general de la Federación Estatal de Servicios a la Ciudadanía) y Vicente Andrés (secretario general de Castilla y León).

    Muchas son las personas que han formado parte del Consejo de Dirección y Redacción de la revista, actualmente lo conforman: Iria Antuña, Laura Fátima Castelló, Diana García, Sonia García, Carlos Gutiérrez, Mentxu Gutiérrez, Lola Manzano, Begoña Marugán, Azahara Merino, Estibaliz Montero, Empar Pablo, Alejandra Ortega, Esmeralda Sanz, Paloma Vázquez, Carolina Vidal y Carmen Briz. Gracias a todas ellas por su trabajo.

    A lo largo de 2024 celebraremos el 40 aniversario de la revista, lo iniciamos el 29 de mayo con la proyección de la película No estás sola. La lucha contra La Manada y con el posterior coloquio con sus directores: Almudena Carracedo y Robert Bahar; con la experta en violencias Bárbara Tardón y con Carolina Vidal, secretaria confederal de Mujeres, Igualdad y Condiciones de Trabajo de CCOO. Atención a nuestras convocatorias, porque seguiremos celebrando. Porque toca celebrar.

    Carmen Briz (@MamenBriz) es periodista y forma parte del equipo de la Secretaría Confederal de Mujeres, Igualdad y Condiciones de Trabajo de CCOO.

    Revista Trabajadora, n. 83 (julio de 2024).