Confederación Sindical de Comisiones Obreras | 31 marzo 2025.

REDUCIR LA JORNADA PARA DEMOCRATIZAR EL TRABAJO

CCOO lleva el debate sobre el tiempo de trabajo al Parlamento Europeo

    26/03/2025.
    El secretario general de CCOO, Unai Sordo.

    El secretario general de CCOO, Unai Sordo.

    El debate acerca de la reducción del tiempo de trabajo como palanca de transformación económica, social y democrática en Europa aterrizó en Bruselas, dentro de una jornada celebrada en la sede del Parlamento Europeo. La vicepresidenta segunda y ministra de trabajo y economía social, Yolanda Díaz; el secretario general de Comisiones Obreras, Unai Sordo; y el vicesecretario general de política sindical de UGT, Fernando Luján, coincidieron en la urgencia de repensar el modelo laboral y avanzar hacia jornadas más cortas como respuesta a los desafíos contemporáneos.

    Unai Sordo asumió el testigo de este planteamiento con una intervención centrada en la relación entre productividad, tiempo y modelo económico. “La clave no está en trabajar más, sino en generar más valor”, afirmó, defendiendo que el tejido productivo español está preparado para asumir esta transición si se sitúa en el marco más amplio de las transformaciones estructurales que atraviesa Europa.

    Para el secretario general de CCOO, el debate sobre la jornada laboral no es circunstancial, sino histórico. “Es una disputa estructural sobre cómo se reparte el tiempo: entre el trabajo, la vida y el ocio”, reivindicó, recordando que las conquistas laborales no son espontáneas, sino fruto de la lucha colectiva. A pesar de los avances en algunos sectores, otros siguen sometidos a intensidades y ritmos laborales insostenibles. “No es casual: donde hay más organización sindical, hay mejores condiciones”, señaló.

    Sordo advirtió también de los obstáculos que plantea la distribución del excedente empresarial, recordando que, pese a que han pasado cuarenta y dos años desde que se reguló legalmente la jornada de ocho horas, todavía persiste una fuerte disputa en torno al reparto del tiempo y de la riqueza. “Parece una obviedad legislar para jornadas más humanas, pero la resistencia persiste. Esta es una disputa política de fondo”.

    El dirigente sindical aprovechó su intervención para ampliar el foco hacia la dimensión geopolítica, subrayando la fragilidad del proyecto europeo en el actual contexto internacional. La reelección de Trump, la guerra de Ucrania, la disrupción de las cadenas de suministro o el repunte inflacionario han obligado a Europa a redefinir su posición global. En este sentido, reclamó una autonomía estratégica que no se limite al ámbito energético o industrial, sino que integre el fortalecimiento del Estado social. “Europa no puede permitirse una autonomía sin cohesión. No basta con mejorar capacidades: hay que reforzar el pilar social”.

    Sordo alertó del riesgo de reproducir estrategias proteccionistas como las de Estados Unidos, centradas en guerras comerciales para corregir déficits exteriores. “Europa no debe jugar ese juego. Su prioridad debe ser blindar su modelo social, fortalecer su tejido productivo y garantizar derechos laborales que sostengan la cohesión interna”.

    Por su parte, Yolanda Díaz inauguró el coloquio insistiendo en la necesidad de “llevar la democracia también a la economía y a los centros de trabajo”, apelando al artículo 29.2 de la Constitución Española, que reconoce el derecho de la ciudadanía a impulsar reformas en los ámbitos económico y social. En su intervención, defendió que reducir la jornada laboral no es solo una medida técnica o de eficiencia, sino “una propuesta democrática, feminista y transformadora”, capaz de modificar las bases del modelo productivo europeo.

    La ministra anunció la constitución de un comité de expertas liderado por la socióloga belga Isabelle Ferreras, con el objetivo de estudiar mecanismos justos de redistribución de la productividad. Alertó de que el 65 % de las incapacidades temporales en España derivan de condiciones laborales adversas —como las horas extraordinarias o el estrés crónico—, lo que genera además un notable impacto fiscal. “La salud debe abordarse con responsabilidad institucional y política”, señaló. Asimismo, Díaz subrayó que la Unión Europea padece un preocupante déficit de productividad, actualmente en torno al 0,9 %, y que una reducción de la jornada podría contribuir a revertir esta tendencia, como ya demuestran diversos estudios empíricos. “Reducir el tiempo de trabajo sin destruir empleo es eficaz económica y socialmente. Mejora la vida, la conciliación y, sobre todo, devuelve esperanza”, concluyó, advirtiendo del peligro de los discursos de odio promovidos por figuras como Trump, Milei o Meloni.

    Tanto Díaz como Sordo coincidieron en que la Unión se encuentra en una encrucijada: o aprovecha la transición ecológica y digital para consolidar una Europa más democrática y justa, o se expone a una mayor fragmentación. “Solo los derechos laborales pueden mantener unida a Europa”, concluyeron. En tiempos de incertidumbre y de auge reaccionario, defender el trabajo decente y repartir el tiempo de vida