Confederación Sindical de Comisiones Obreras | 27 abril 2025.

“La siniestralidad laboral es el gran drama escondido para la sociedad española”

  • CCOO exige una reforma urgente de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales y alerta del envejecimiento de la población trabajadora y la precariedad en la prevención

08/04/2025.
Unai Sordo y Mariano Sanz en la presentación del informe anual de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales 2024

Unai Sordo y Mariano Sanz en la presentación del informe anual de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales 2024

La siniestralidad laboral es una de las grandes asignaturas pendientes del mercado laboral español. “A lo largo del año 2024 han fallecido más de dos trabajadores y trabajadoras al día por accidente laboral y si añadimos a este dato demoledor la ocultación de miles de enfermedades profesionales podemos decir que la siniestralidad laboral es el gran drama escondido para la sociedad española”, ha señalado el secretario general de CCOO, Unai Sordo, que junto al secretario de Salud y Sostenibilidad Medioambiental, Mariano Sanz, han presentado el informe “Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales correspondiente al periodo 2024”.

Además, el año pasado 796 personas perdieron la vida en su puesto de trabajo, lo que supone un incremento del 10,4% respecto al mismo periodo del año anterior. Por ello, Sordo ha exigido al Gobierno que trate la prevención de riesgos laborales como una cuestión de Estado y que se actúe con la misma contundencia con la que se abordó en su día la siniestralidad vial y ha reclamado la reforma urgente de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, vigente desde 1995 y sin actualizar desde entonces.

El secretario general de CCOO ha denunciado que muchos planes de prevención se han convertido en “simples trámites burocráticos, alejados de la realidad del día a día laboral”. De hecho, el 36% de los accidentes se producen en entornos laborales donde no se ha realizado una evaluación de riesgos, pese a que esta es una obligación legal desde 1996. Sordo ha alertado de que los diagnósticos no se adaptan a los riesgos reales: “Si ni siquiera hacemos un buen diagnóstico de lo que puede pasar en una empresa, ¿cómo se van a poner los recursos para eliminar ese riesgo?”, se ha preguntado.

Además, ha denunciado que el modelo de externalización de la prevención a través de los Servicios de Prevención Ajenos ha derivado en un oligopolio que prioriza el negocio sobre la eficacia, deteriorando la calidad del servicio. Especialmente grave resulta la situación en empresas que tienen menos de 25 personas trabajadoras, donde con frecuencia es el propio empresario quien asume las funciones preventivas, muchas veces sin formación ni recursos suficientes.

Por su parte, Mariano Sanz ha apuntado que “uno de los factores clave que explica el repunte de la mortalidad laboral es el envejecimiento de los trabajadores” asegurando que los mayores de 50 años ya representan el 13% de los ocupados en sectores de alta siniestralidad, y sufren más accidentes mortales debido a condiciones psicofísicas más vulnerables y la aparición de patologías como infartos e ictus. En paralelo, aunque los jóvenes siguen concentrando la mayoría de accidentes con baja, los empleos indefinidos, y en particular los fijos discontinuos, han pasado a liderar el índice de incidencia.

A pesar de que el índice de siniestros laborales con baja se redujo un 12% entre 2019 y 2024, los accidentes mortales han aumentado un 5,4% en ese mismo periodo. Solo respecto a 2023, los accidentes con baja bajaron un 2,3%, pero los mortales crecieron un alarmante 8,6%,

Como ha señalado Sanz tras la pandemia se ha creado más empleo, principalmente en sectores de mayor cualificación y menor siniestralidad (tecnología, servicios profesionales, etc.). Además, la población ocupada ha crecido en casi dos millones desde 2019, pero el doble en actividades de baja incidencia frente a las de alta. Lo mismo ocurre con las ocupaciones: los trabajos administrativos, técnicos y directivos han aumentado cuatro veces más que los manuales y peor remunerados, que son los más peligrosos.

Este desplazamiento de la fuerza laboral hacia zonas “más seguras” explica en gran parte la mejora de los indicadores generales, pero no implica una mejora real de las condiciones en los entornos laborales más expuestos, ha subrayado.

Por ello, el secretario de Salud Laboral de CCOO considera que es fundamental contar con un subregistro de enfermedades profesionales, especialmente las derivadas del uso de piedra artificial, cuyos efectos ya se asocian a una posible “pandemia” de silicosis, especialmente entre trabajadores jóvenes. Los casos notificados por exposición al sílice se han multiplicado por 34. “Estamos viendo enfermedades muy graves en trabajadores de entre 30 y 45 años tras apenas una década de exposición”, ha advertido.

Además, ha denunciado que en España solo se reconocieron 190 cánceres de origen laboral en 2024, cuando las cifras sugieren que deberían haberse identificado hasta 16.000, con 3.000 personas fallecidas.

Frente a esta situación, el sindicato ha presentado un amplio paquete de medidas. Entre ellas, reformar la Ley de Prevención, crear la figura del delegado territorial de prevención, legislar sobre riesgos psicosociales, establecer un registro de personas trabajadoras expuestas a cancerígenos, y reforzar la Inspección de Trabajo hasta alcanzar un ratio de un inspector por cada 10.000 personas activas.

El secretario de Salud Laboral de CCOO también ha reclamado la creación de juzgados especializados en seguridad laboral, aumentar los recursos de las fiscalías especializadas y reformar el papel de las mutuas para devolverles un carácter público.

Finalmente, Sanz ha asegurado que “la salud laboral no puede seguir demorándose. Hay que reformar la ley para adaptarla al siglo XXI y a los nuevos riesgos derivados de los cambios en la organización del trabajo”.