Confederación Sindical de Comisiones Obreras | 15 noviembre 2024.

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REVISTA TRABAJADORA ONLINE

Salud/ Cáncer de ovario, de Carmen Mancheño Potenciano y Oscar Bayona Plaza

    "Que no se produzcan retrasos en la incorporación de la evidencia científica a la legislación como el que han sufrido las trabajadoras enfermas de cáncer de ovario por exposición al amianto".

    07/03/2024.
    Fotografía de Txefe Betancort.

    Fotografía de Txefe Betancort.

    SE ESTIMA que en España en 2023 se han producido 14.800 casos de de cáncer cuya causa principal son exposiciones a agentes cancerígenos en el trabajo. Sin embargo, en el mismo año sólo se han comunicado 94 partes de enfermedad profesional por cáncer. De esos 94 partes, sólo 3 corresponden a mujeres.

    Una parte de este desequilibro se debe a que los agentes cancerígenos son más habituales en ocupaciones altamente masculinizadas. Sin embargo, la evidencia científica nos avisa de exposiciones en profesiones feminizadas, pero tampoco se notifican casos de cáncer profesional en estas ocupaciones. El cáncer laboral en las trabajadoras está doblemente invisibilizado.

    La incorporación de la perspectiva de género es una de las asignaturas pendientes de la prevención de riesgos laborales. El marco de referencia en el que se insertó el diseño de la legislación y las políticas preventivas es el del trabajador varón ocupado en sectores industriales.

    Un buen ejemplo de lo anterior es el RD Real Decreto 1299/2006 que aprueba el cuadro de enfermedades profesionales. En su grupo 6, las producidas por agentes cancerígenos, hay reconocidas 33 patologías producidas por 17 agentes, de las cuales 2 son exclusivamente masculinas (mesotelioma de túnica vaginal de los testículos por exposición a amianto y cáncer de próstata por exposición a cadmio) y ninguna femenina, ni siquiera el cáncer de mama sobre el que hay evidencia científica robusta de su relación con diversas exposiciones laborales (trabajo nocturno, plaguicidas, etc). Y en el listado indicativo de actividades productivas asociadas a estas enfermedades hay una abrumadora mayoría de profesiones de alta ocupación masculina, lo que contrasta con una presencia anecdótica de las feminizadas.

    La recientemente aprobada Directiva que modifica la Directiva de trabajos con amianto por fin reconoce que la exposición a este material tóxico puede provocar cáncer de ovario. Pero lo hace con demasiado retraso: una resolución de 14 de marzo de 2013 del Parlamento Europeo ya instaba a la Comisión Europea a proceder al reconocimiento de esta patología como contingencia profesional.

    CCOO va a pelear para que su trasposición suponga la incorporación de esta patología al cuadro de enfermedades profesionales. Es un acto de justicia social porque las exposiciones de las trabajadoras al amianto se han invisibilizado vinculándose exclusivamente a trabajos masculinizados. E incluso en esta situación podríamos hablar de una triple invisibilización: la de las exposiciones domésticas de las mujeres que enfermaron por lavar la ropa de trabajo contaminada de sus parejas. Es fundamental que se incluya el cáncer de ovario en el cuadro de enfermedades profesionales porque eso también facilitaría el acceso a las indemnizaciones previstas en el Fondo de Compensación para las Víctimas del Amianto a estas mujeres.

    Durante las negociaciones de la Estrategia Española de Salud y Seguridad en el Trabajo 2023-2027 dos de las apuestas principales de CCOO fueron fijar como objetivo la incorporación de la perspectiva de género en la prevención de riesgos laborales y la puesta en marcha de una Agenda Nacional para la Prevención del Cáncer Laboral. Ambos elementos, junto a la revisión del cuadro de enfermedades profesionales, forman parte de la Estrategia finalmente aprobada. Y ese va a ser el marco en el que vamos a dar la batalla para romper con la doble invisibilización de cáncer laboral femenino, incorporando aquellas patologías de las que ya se dispone de evidencia científica robusta de su relación con exposiciones laborales, como el cáncer de mama y ovario, y añadiendo al listado indicativo de actividades productivas aquellas de alta ocupación femenina que trabajan en contacto con cancerígenos, como son las peluquerías, la limpieza o los sectores sanitario y sociosanitario. Y sin olvidar el impulso en la investigación del cáncer laboral, otro ámbito en el que es necesario introducir la perspectiva de género, para que no se produzcan retrasos en la incorporación de la evidencia científica a la legislación como el que han sufrido las trabajadoras enfermas de cáncer de ovario por exposición al amianto.

    Carmen Mancheño (@carmenmanche) es médica, Máster en Prevención de Riesgos Laborales. Tanto ella como Oscar Bayona forman parte del equipo de la Secretaría Confederal de Salud Laboral y Sostenibilidad Medioambiental (@SaludLab_CCOO) de Comisiones Obreras.

    Revista Trabajadora, n. 81 (febrero de 2024).